El virus COVID-19 o mejor conocido como coronavirus ha causado angustia y estupor en China y en el mundo entero. Su propagación ha sido alarmante, así como la cantidad de víctimas fatales, pero la cifra más alta desde el día en que fue descubierto ha sido la alcanzada el domingo pasado.
A pesar de todos los esfuerzos realizados el virus sigue creciendo y traspasando las fronteras del país asiático, de acuerdo a los números que maneja el gobierno chino llegan a 1016 los fallecidos y tan solo el fin de semana pasado murieron 100 personas.
También se han incrementado los casos de infección, alcanzando la cifra de 42.638 el domingo, muy por encima de los 40.171 del día anterior.
Wuhan, una extensa capital de la provincia Hubei, ubicada en China Central, en la actualidad ha sido la región más golpeada por el letal coronavirus. Aunque los decesos en Hubei se incrementaron con 103 defunciones declaradas, las infecciones han mermado ligeramente.
Todos los países del mundo tienen la mirada puesta en China, ya se conoce el caso de una persona en los Estados Unidos que está infectada. De la misma forma, en Gomera, España, un ciudadano dio positivo en la prueba de coronavirus.
Cuando se tiene conocimiento de que hay infectados en alguna zona residencial, se evacuan a los residentes para evitar la propagación.
Así ocurrió en un edificio de apartamentos donde se reportaron dos casos, y los funcionarios del Centro de Protección de la Salud de Hong Kong realizaron el procedimiento de desalojo.
“El gobierno está investigando la posibilidad de transmisión ambiental en el edificio y calificó la evacuación como una medida de precaución», expresó el Dr. Wong Ka-Hing, director del centro de salud.
Se conoce de la propagación del virus en un barco, que se encuentra atracado en el puerto de Yokohama en Japón, desde el lunes.
Todos se encuentran en cuarentena, hay muchos contaminados de distintas nacionalidades: japoneses, australianos, ucranianos, filipinos, ingleses, canadienses y estadounidenses.
Se han criticado las pocas apariciones públicas de Xi Jinping, el presidente chino, desde que surgió el virus. Pero recientemente visitó un hospital en Wuhan y también habló a través de una videoconferencia con el personal.
La problemática está afectando económicamente a China llevándola a una especie de inactividad, y el gobierno pide a los demás países que colaboren en lo posible, para que no se afecten las transacciones comerciales.
«Es como Europa en la época medieval», expresó Joerg Wuttke, presidente de la Cámara de Comercio Europea en China.
Expertos de la Organización Mundial de la Salud llegaron a Beijing, y exaltaron el trabajo que hace el país ante semejante crisis sanitaria.
Mucho se ha hecho en la búsqueda del origen animal de la propagación del virus, los ojos cayeron sobre un mamífero de nombre pangolín, que se comercializa en el país en el mercado alimentario y médico.
Pero aún se piensa que los murciélagos son el huésped original del virus, y los pangolines son un huésped intermedio. La preocupación aumenta cuando algunos científicos se han planteado la posibilidad, aun no certificada, de que el virus pueda propagarse a través del aire.
Lo que sí es un hecho es que la economía de China esta resquebrajada con lo que está ocurriendo, y se espera que pronto la situación sanitaria sea controlada por el bien del país y del mundo entero.
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