«Me tocó a mí»: El duro testimonio del guardia civil que tuvo que sacar a Julen del pozo

Nicolás Rando pertenece al Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) y es el guardia civil que tuvo la más difícil y dura tarea en el rescate de 13 días del pequeño Julen: recuperar y sacar su cuerpo sin vida del pozo de Totalán.

En el hogar de este héroe, como en el de todos los que seguimos tan de cerca el angustioso rescate, no se hablaba más que de Julen. Incluso, su pequeño de 4 años, tan habituado a las operaciones de rescate que lleva desempeñando su papá. Aunque trataban de darle poca información, no podían contener su inocencia y optimimso; cada mañana despedía a su padre con la misma pregunta:

«Papá, ¿hoy vas a rescatar ya a Julen?»

Nico, con la respiración contenida respondía: «Eso espero, hijo, eso espero».

En una entrevista concedida a varios medios locales, Nico declaró su aterradora y titánica experiencia, pero confiesa sentirse un poco consolado al conocerse según la autopsia, que el pequeño falleció el mismo día de la caída y no esperando ser rescatado.

Relata que el 13 de enero recibió la llamada de un amigo, bombero del Consorcio Provincial, que le contaba de un niño que había caído en el pozo de 25 centímetros de diámetro. Cuando supo que sus jefes estaban ya en camino al lugar de los hechos, enseguida se ofreció.

Recuerda cómo la angustia de los primeros días estaba centrada en retirar el tapón. Pero después las sucesivas dificultades los centraron en sacar al pequeño con vida y por lo tanto, había que tener una precisión técnica sin errores para no herirlo.

Hasta que llegó el crucial momento del descenso por el pozo paralelo en el interior de la cápsula. El equipo de mineros estaba formado por seis picadores y dos ingenieros, que dirigían el operativo.

«La verdad es que nunca se ha hecho un agujero de esas dimensiones en España. Nadie ha hecho nunca algo así», afirma

«Abajo no había turnos. Allí se estaba hasta que ya no se podía más. La frase era: Me voy que ya no puedo ni sujetar el martillo», comenta Nico.

“Yo me he metido en agujeros más estrechos y claustrofóbicos, pero aquello… Miras hacia arriba y piensas: ¡Y si pasa algo aquí!…”, añade.

«Nos dijimos que ya de allí no saldríamos hasta que encontráramos a Julen».

A los 3,70 metros excavación de la galería horizontal, un compañero de Rando introdujo una cámara y pudieron ver al niño.

«Dimos unos golpes al tubo del niño y vimos que el material del tapón de arena que cubría el cuerpo era diferente al de la superficie», aclara.

Enseguida reunieron a guardias civiles, mineros y bomberos, y les pidieron que siguieran trabajando con la misma discreción porque la familia tenía que ser la primera en saberlo.

La siguiente vez tuvieron que descender 3 agentes del GREIM, entre ellos Nicolás Rando, y un minero por si había que seguir picando.

«Hubo un momento en que se metieron tres mineros, llegaron casi a los 3 metros de la galería horizontal y ahí se tomó la decisión de que, a partir de ese momento, iba a bajar siempre un guardia civil con los mineros para ejercer las funciones de Policía Judicial. Si estaba vivo, para socorrerlo, y si no… para coger vestigios y hacer la inspección ocular. La esperanza nunca la perdimos».

“Me tocó a mí”, dijo en relación a su encargo de sacar el cuerpo del niño.

«A partir de ahí, tuve sensaciones encontradas. Un cierto alivio por haber terminado el trabajo terminado. Pero enfurecido por el resultado. No le doy vueltas. Hemos movido tierra como para parar siete aviones, hemos conseguido llegar a él y lo hemos sacado. No estaba vivo, eso es lo peor. Pero lo hemos dado todo».

Diario Sur

Nico estaba mentalizado, porque «sabía que iba a tener que hacerlo» por ser experto en rescate en montaña. Pero sin duda, los momentos posteriores fueron los peores:

Cuando lo dejó en la carpa, donde esperaban dos forenses para los que habían grabado toda la escena con una cámara GoPro, se apartó a un lado de todos y de todo… ¡Y se derrumbó!

Después, recogieron sus herramientas y se marcharon de allí, a Nico le esperaba su familia y su pequeño que seguramente le preguntaría si ya había rescatado a Julen.

Es un claro testimonio que revela los duros momentos que vivieron estos héroes, pero sin duda para Nico unas escenas que quedarán grabadas en su mente y en su corazón para siempre.

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