Publica decenas de selfies para responderle a quienes hablan sobre la apariencia de su rostro

No podemos negar que en esta sociedad el ideal de belleza está cada vez más marcado, donde «el parecer» y no «el ser» toman protagonismo dejando de lado lo que realmente importa.

Ante ello, millones de personas en el mundo padecen insultos, críticas y son fuertemente discriminados solo por lucir diferentes.

Blake de 39 años de edad es de Illinois, Estados Unidos.

Sin embargo, hay quienes deciden hacer de esas críticas la mejor arma para fortalecer su espíritu y demostrar que todo es posible cuando crees es ti mismo.

Melissa Blake es una de esas personas que ha tenido que enfrentar duros comentarios de personas que la critican por su físico.

Una bloguera con un trastorno que ha logrado conquistar las redes.

Blake padece el síndrome de Freeman Sheldon, un raro trastorno genético óseo y muscular caracterizado por deformidades articulares y anomalías de la cabeza y la cara, por lo que gran parte de su vida ha sido objeto de señalamientos y comentarios negativos.

Fue en agosto del 2019 que los trolls respondieron a crueles comentarios llamándola como “pez globo”, “ballena”, incluso algunos comentaron que era “demasiado fea” y debían prohibirle publicar fotos de sí misma.

En el último año su número de seguidores aumentó de 7.500 a más de 212,9 mil seguidores.

Ante ello Melissa tomó la mejor actitud y decidió publicar selfies en sus redes sociales todos los días durante un año como parte de su desafío.

En una entrevista, la también bloguera describió su rutina de publicación de selfies como una especie de ritual, que le ha dejado no solo un gran aprendizaje sino que le sirvió de gran consuelo.

Un desafío en el que solo le importó publicar lo que reamente es.

A través de su cuenta de Instagram, Melissa publicó las fotografías con el hashtag #MyBestSelfie, durante un año sus miles de seguidores contemplaron gran variedad de fotos desde las más serias hasta las más divertidas y excesivamente tiernas, todas acompañadas de distintos temas según como se sintiera cada día.

Resalta el resultado de las fotos como algo realmente “glorioso”.

También destacó que con cada foto publicada se sentía más cómoda con su cuerpo, descubriendo que se sentía realmente libre, una sensación que no había experimentado como mujer discapacitada. Al respecto comenta:

“Había una cosa que todas tenían en común: cada selfie reflejaba realmente mi personalidad y quien era yo. Cada una era una celebración y cada una llevaba un mensaje. Con cada clip de mi teléfono, sentía que podía tener una conversación con mi yo más joven, contándole todas las cosas que desearía haber sabido cuando era adolescente”.

Con sus fotos Melissa instó a muchas otras personas con diferentes discapacidades a publicar selfies, muchos le comentaron que se identifican con sus mensajes y comenzaron a ser parte de ese desafío.

La escritora destaca que si bien las fotos pueden ser un poco revolucionarias, se siente feliz con el resultado.

“Es una forma de recuperar mi poder y pintar una imagen más precisa de la discapacidad. Porque la que tenemos ahora es más de 1950 que del 2020, llena de conceptos erróneos que a menudo solo muestran a las personas discapacitadas como un drenaje para la sociedad. Al contrario, llevamos vidas plenas y estoy muy orgullosa de haber podido demostrarlo durante un año”.

Lamentablemente las personas con discapacidad enfrentan grandes batallas para poder sentirse parte de una sociedad que se empeña en poner etiquetas.

Melissa enfatizó que como ella, muchas otras personas tienen que luchar para ser vistas y escuchadas, por lo que mantiene la esperanza de que sus selfies sigan ayudando a más gente y puedan sentirse parte de esto para que juntos puedan normalizar las discapacidades. Todos los seres humanos merecemos el mismo respeto, las mismas oportunidades y la misma tolerancia.

La inclusión de las personas con discapacidad es un compromiso de todos, comparte y demostremos que lo normal es que todos seamos diferentes.

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