Los camareros de un hotel salen a la calle a vender comida en pleno confinamiento

La crisis desatada en el sector laboral por el brote del COVID-19, ha dejado en la calle a miles y miles de empleados en todo el mundo. Cientos de familias ven con preocupación cómo su economía se ve cada día más mermada, producto del aislamiento que se ha decretado a nivel mundial para evitar el contagio.

Ciudades vacías con sus empresas cerradas, comercios y restaurantes coinciden en una sola realidad común: el triste vacío del desempleo galopante. Son tiempos oscuros y difíciles, sin duda, pero, no es la primera vez que la raza humana se sobrepone a una tragedia de tales magnitudes así que, a grandes males, grandes soluciones.

Un grupo de meseros mexicanos, quienes solían ser las estrellas del Hotel Camino Real, un lugar muy popular en la Ciudad de México, afectados por la situación, se las ingenió para encontrar una solución práctica que les permita seguir llevando el pan a su hogar.

Juntos se conformaron en una cooperativa y comenzaron a elaborar empanadas para venderlas a 10 pesos (50c de dólar), eso sí, bajo las más estrictas normas sanitarias que les fueron inculcadas en tan prestigioso hotel.

Son tan deliciosas y sanas, que apenas les da tiempo de hacerlas pues, después de envolverlas cuidadosamente en papel plástico, la gente se las arrebata de las manos enguantadas para una mayor pulcritud.

Además, los camareros no se han salido de su papel, pues se encuentran uniformados tal como solían estarlo en el hotel, esperando a sus comensales con las ollas llenas de sus exquisitos manjares, que acompañan con una tercera salsa. No sé, pero, quienes las han comido aseguran que son muy baratas para lo sabrosas que son.

“Son extraordinarias y se nota que están hechas con cariño, pero lo mejor de todo es su precio”, dijo uno de sus asiduos clientes.

A pesar de que los meseros siguen devengando su sueldo base por mandato gubernamental, esto no les alcanza para cubrir sus gastos, ya que el grueso de sus ganancias está en las propinas que hoy, por causa de fuerza mayor han tenido que dejar de percibir.

“El hotel sigue pagando a los camareros su sueldo, pero ellos vivían muy bien de las propinas por eso, junto al gerente han decidido salir a la calle a buscarse la vida”, aseguró un excompañero de labores.

Con las ganancias obtenidas pueden proveerse de todo lo necesario y adquirir los mejores ingredientes para realizar esa deliciosa comida.

Definitivamente, son personas que aman lo que hacen, pero, sobre todo, gente que es feliz tan solo de ver la respuesta del público que agradece siempre con una sonrisa en el rostro. Ese es su mejor pago.

Por su parte, el hotel ha sido objeto de varias denuncias que lo acusan de pagar sueldos de hambre y que, por ello, sus trabajadores se ven obligados a buscar este tipo de opciones.

No obstante, la parte acusada no se ha pronunciado al respecto, lo cierto es que estos hombres tienen familias que alimentar y harán hasta lo imposible por lograrlo.

Mientras muchos estamos en casa resguardados, allá afuera hay gente que no tiene más remedio que exponerse en la calle para poder sobrevivir, por eso, desde esta tribuna honramos a todos aquellos hombres y mujeres que, incansables, siguen adelante en estos momentos tan difíciles.

Comparte esta historia de lucha y tesón, a la espera de que estos héroes anónimos y amantes padres de familia logren sus sueños y, principalmente, se mantengan sanos.

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