El hombre que mató a golpes al hijo de su novia por perder un zapato finalmente fue castigado

Los hijos son el regalo más preciado que los padres pueden agradecer a la vida, pero cuando les sucede algo grave o tienen que partir de este mundo antes que sus padres por las razones que fueren, no hay consuelo que valga para compensar tan irreparable pérdida.

Es lo que le tuvo que haber sucedido a la madre de Alex Malcolm, Breha, cuando su hijo de 5 años fue brutalmente golpeado hasta morir, por su novio, por la ridícula razón de haber pedido un zapato, en noviembre del año pasado.

Puedes ver el detalle del incidente aquí.

Seguramente no hubo día en el que esta desafortunada mujer se haya arrepentido de haber conocido al brutal asesino y haberle permitido la entrada en su vida. No habría habido día en el que no luchara para que se haga justicia.

Pero en esta vida, tarde o temprano, los males se pagan. Y por lo menos, la madre puede respirar en paz porque el criminal, quien en su momento fue su amor, ya ha sido sentenciado a la pena mínima de 18 años de prisión.

El niño había muerto de una hemorragia cerebral, fruto de los terribles golpes que le perpetró el hombre de 39 años.

Por su parte, el padre del niño, Leroy Malcolm, dijo a la corte que le era «imposible» que él expresara su reacción al asesinato en palabras. Y muy dolido, añadió que se le había negado el acceso a Alex porque le dijeron que «había un hombre mejor en su vida».

Amo a Alex con todo mi corazón y lo extraño profundamente».

El juez Mark Dennis QC dijo que el asesino de niños tiene un «defecto de carácter profundamente atrincherado», que lo lleva a reaccionar exageradamente y a perder su temperamento. Al no haber testigos, ni pruebas fehacientes del maltrato, fue difícil encarcelarlo inmediatamente.

Sin embargo, el jurado había rechazado la defensa de Iheanacho de que las lesiones a Alex fueran accidentales.

El juez afirmó que en el actuar de Iheanacho, esta vez las consecuencias fueron más graves que nunca, que se trataba de un niño completamente indefenso, contra el cual se había utilizado toda la fuerza y la violencia. Además, la gravedad del crimen se da porque el niño no había hecho nada para justificar cualquier pérdida de ánimo, dejando a un lado una violenta pérdida de temperamento.

Su madre manifestó: «Cada día que lloro, pensando en él, le pido a Dios que me lleve también, o sino despertar de mi sueño para que pueda oír su voz de nuevo. Nada volverá a ser lo mismo sin Alex, mi vida terminó cuando Alex murió».

Lo llamamos angelito. Él era perfecto. Él era mi mejor amigo. Él era mi fuerza y mi propósito de vivir. Lo más difícil que he tenido que escuchar es que mi hijo murió».

Al parecer, Iheanacho presentaba ya un pasado delictivo en cuanto a agresiones violentas por su fuerte temperamento, pero que muchas veces quedaron escudadas en la dificultad que tenía para manejar sus pasiones.

Y las autoridades le permitieron embarcarse en una nueva relación y cuidar de un niño, cuando acababa de salir de prisión por agredir a su quinta novia. Y de esos hechos Breha no tenía conocimiento alguno.

A pesar de todos los intentos de Iheanacho por negar el asesinato, finalmente ha sido condenado. En el Tribunal de la Corona de Woolwich, al jurado le tomó seis horas descartar la versión de los hechos de que Alex había caído accidentalmente sobre sus hombros mientras caminaba por el Parque Mountsfield en Catford, al sureste de Londres.

Lo grave del caso es que además de que Breha no fue informada del pasado delictivo de su novio, tampoco fue contactada por la policía para conocer de su desarrollo y comportamiento.

Yo era tan ingenua. Él venía y ayudaba a Alex con la tarea. Confiaba en él. Él tenía sus propios hijos. Nunca imaginé que esto pasaría. Algo debería haberse hecho con alguien así».

Daily Mail

El criminal tiene un historial de 6 graves agresiones, desde 1998. Tales abusos se relacionaban con agresiones físicas a sus exnovias, su hijo de 13 años, un compañero, y su jefe de trabajo. Cuadros de violencia patológicos que incluían golpes severos, dejando muchas veces inconscientes a sus víctimas.

Nada se puede hacer para volver a la vida al pequeño Alex, cuyo único crimen fue perder un zapato. Pero por lo menos el desalmado que le quitó la vida ya está en prisión. Esperemos que esta vez sea por un tiempo largo, lejos de que otras víctimas inocentes caigan en sus manos.

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