Los ojos de miles de personas están puestos sobre el caso de Charlie Gard, el bebé de diez meses que se encuentra recluido en el hospital británico Great Ormond Street.
Él está conectado a dispositivos que lo mantienen con vida tras diagnosticarle daños cerebrales severos que desarrolló como consecuencia de una afección genética con la que nació. Puedes recordar aquí su historia.
Sus padres han luchado sin descanso para revertir la decisión de los médicos de desconectarlo sin intentar ninguna otra opción para salvar su vida.
Cada vez con más las personas que se suman a la campaña de la familia de Charlie que clama comprensión del dolor que padecen sus padres, nadie está preparado para decirle adiós a un ser amado de esta manera.
Ellos estaban dispuestos a trasladar a Charlie a Estados Unidos para un tratamiento experimental, pero la justicia británica negó su solicitud y autorizó a los médicos a retirar el soporte vital del menor incluso sin el consentimiento de los padres.
Recientemente, el Papa Francisco solicitó que les permitan a los padres “acompañarle y tratarle hasta el final”.
Las declaraciones fueron emitidas por Greg Burke, un portavoz del Vaticano. También, comentó que:
“El Santo Padre sigue con afecto y emoción y el caso de Charlie Gard y expresó su cercanía y apoyo para ellos”.
El Tribunal Supremo de Derechos Humanos apoyó la decisión de la justicia británica sobre darle una muerte digna al bebé que padece una extraña y mortal enfermedad.
El informe médico establece que Charlie padece un severo síndrome infantil de encefalopatía mitocondrial que produce mutaciones en el gen RRM2B y restringe los niveles necesarios de energía para vivir.
Los padres de Charlie alegaron que las instancias nacionales cometieron una injusticia con su caso: “Es una injerencia injusta y desproporcionada con nuestros derechos parentales y sin ninguna justificación”.
Finalmente, los médicos permitirán que los padres de Charlie permanezcan con él hasta su último suspiro.
Frente al Buckingham Palace, se congregó un grupo de personas para manifestar en contra de la decisión judicial que impide que los padres de Charlie, Chris y Connie, lo sometan a otros tratamientos médicos.
La protesta fue convocada y organizada por Alex Nagel, de 17 años, de Canning Town, Londres, quien después de ver la campaña de Charlie en las redes sociales no pudo ser indiferente y decidió hacer algo para ayudar.
“Había más de 100 personas, era abrumador, fue hermoso ver cómo todos se unieron por una misma causa”, comentó Alex.
“Hoy solamente tengo 17 años, pero cuando sea mayor y tenga hijos me gustaría que me apoyaran de esa forma si llego a necesitarlo”.
A pesar de todo el apoyo que han recibido los padres de Charlie, los médicos siguen alegando que dejarlo vivir es prolongar su sufrimiento porque su enfermedad degenerativa que no tiene cura.
Daily Mail
La madre de Charlie comentó que en conversaciones con personal del hospital han acordado que les permitirían estar más tiempo con su pequeño antes de darle el último adiós. Puedes recordar la noticia aquí.
El centro de salud también solicitó a los medios de comunicación que respetaran la privacidad de la familia en un momento tan difícil.
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