Una pareja de abuelitos es dejada a su suerte por su propio hijo en un bar

Recientemente el caso de una pareja de ancianos abandonados en un bar por su hijo conmovió a miles de personas.

Hugo, de 92 años, e Hilda, de 86 años, habían ido a almorzar junto a uno de sus hijos después de enterarse que habían sido desalojados de su casa. Él se fue prometiéndoles que regresaría a buscarlos, pero eso no sucedió.

Los ancianos permanecieron en el bar durante siete horas con la esperanza de que su hijo apareciera, los empleados del establecimiento se percataron de la situación y alertaron a las autoridades.

Hilda y Hugo fueron trasladados a la comisaría donde los buscó Raúl González, otro de los hijos de la pareja.

Han transcurrido más de 15 días después de eso, los ancianos se refugiaron en la casa del hijo que los rescató tras el abandono.

Un conocido medio de comunicación de Argentina contactó a la familia y obtuvo el testimonio del hijo que acogió a la pareja: “El hacinamiento se hace cada vez más difícil, en la casa vivimos seis personas”.

La vivienda está habitada por Raúl, su esposa, sus dos hijos y ahora sus padres. El espacio es muy reducido. Se trata de una pequeña vivienda de dos habitaciones, un pequeño salón, una cocina, un baño y un patio.

Raúl relató: “Tuve que darles mi habitación a mis viejos. Son dos personas grandes que necesitan su espacio. Con mi mujer dormimos en el salón. Tengo dos hijos grandes que hoy no pueden hacer su vida.

Sus amigos hoy no pueden venir a casa, se trastornó todo y tenemos poco espacio. Pero lo peor de todo es que no me alcanza para nada la plata. Yo soy la única fuente de ingreso de este hogar y ahora son dos bocas más para darles de comer. Mi hijo se quedó sin trabajo”, comentó el hijo de la pareja.

Raúl es funcionario municipal, su salario apenas le alcanza, dijo que antes de vivir con sus padres estaban ajustados de presupuesto y ahora mucho más.

Además, agradeció la solidaridad de todas las personas que se manifestaron con donativos para ellos. “Cada tanto viene una ONG a darnos cosas. Muchos nos traen comida o ropa y lo agradezco, pero no puedo vivir de eso. Necesito encontrarles un lugar donde se puedan quedar. No solo por nosotros sino por ellos también. Lo necesitan, de hecho, no doy más de la espalda porque tengo que moverlos de un lado para otro”, dijo Raúl.

Hilda le dice a su hijo Raúl que reconoce que están “invadiendo su espacio”, él alega que le cuesta usar ese término pero que comprende cómo se sienten.

La pareja de ancianos recibe una jubilación mínima pero no es dinero suficiente para su sustento. Hugo no recuerda sus datos bancarios para acceder y cobrar su pensión, tiene pérdidas de memoria, y discapacidad auditiva y de lenguaje.

Además de los problemas económicos la familia enfrenta otras complicaciones, Hilda fue ingresada hace días en el hospital por un severo cuadro de bronquitis.

Afortunadamente recibió el alta médica y se recupera en la casa de su hijo. Hugo, el hijo que los dejó abandonados en el bar no ha aparecido.

Parece que se lo tragó la tierra. No sé nada de él. La policía me dice que no hay novedad. Mamá piensa que le pasó algo, pero yo a esta altura creo que va a aparecer en algún momento”, dijo Raúl refiriéndose a su hermano, con quien no tiene contacto desde hace muchos años.

Hilda se muestra afligida por el incidente, en ocasiones asegura que no va a perdonar a su hijo Hugo, mientras que en otras expresa que desea que aparezca.

Raúl relató que inició un trámite para solicitar que lo ayuden asignándole a una persona que cuide de sus padres porque no están capacitados para valerse por sí mismos. También plantea la opción de trasladarlos a una residencia de mayores.

“Con mis padres viviendo aquí no podemos ni salir a dar una vuelta, ni siquiera a un shopping o algo así, no pueden caminar ni dos metros. Mi mujer, a su vez, no se queja, pero me pregunta que hasta cuándo van a estar aquí. Tiene razón, pero bueno, hay que hacerse cargo”, dijo Raúl.

Además, agregó que apenas pudo recuperar algo de la ropa de sus padres, los muebles están en un depósito que contrató su hermano y hasta que no aparezca no tienen más información.

El drama de estos ancianos sigue conmocionando a todos, detrás de la triste escena de su abandono se esconde una historia muy dolorosa. Raúl no visitaba a sus padres excepto cuando Hugo no estaba en la vivienda porque su relación no era buena.

Cuando hacía las visitas a sus padres los vecinos le contaban que Hugo no los trataba bien.

Hugo no pagó el alquiler de la vivienda a pesar de que su madre le daba el dinero cada mes, tras el desalojo de parte de la inmobiliaria, él sacó los muebles y las pertenencias de sus padres y los llevó a comer al bar donde los abandonó.

Trascendió que Hugo tiene licencia psiquiátrica desde años, tiene 62 años y no se le ha conocido ninguna pareja. Habitualmente ha vivido junto a sus padres. En Argentina siguen atentos a la evolución de este conmovedor caso, compártelo.

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