El caso del niño de 7 años que con una grave enfermedad se enfrenta a las secuelas del COVID-19

El COVID-19 ataca despiadadamente a las personas, en la mayoría de los niños no suelen presentarse mayores complicaciones, salvo en aquellos casos en los que sufren de patologías severas preexistentes.

Como un pequeño de siete años en Estados Unidos, que a pesar de la gravedad de su condición logró vencer al letal virus.

Nasir Striggs es un niño de siete años de edad que vive en Baltimore, en el Estado de Maryland. Durante su corta vida ha estado luchando contra la enfermedad de células falciformes, una condición médica severa y crónica que afecta la circulación de la sangre.

El mal de Nasir tiene incidencia directa en los glóbulos rojos e interfiere con el suministro de oxígeno a los tejidos de su cuerpo. Y dentro de los riesgos o problemas que puede acarrear están la anemia, fatiga y recurrentes infecciones.

La madre del niño, Deshannon Striggs, ha estado muy pendiente de que su hijo reciba la atención y tratamiento médico que necesita para que viva una vida normal dentro de su cuadro clínico. Y lo ha logrado, Nasir estudia como cualquier niño de su edad, y se divierte mucho jugando con su hermanito menor.

Sin embargo, hace un par de semanas aproximadamente su ánimo se estaba viendo afectado, ya no quería ni siquiera jugar y estaba presentando dificultades para respirar. La madre no perdió tiempo, y decidió llevarlo rápidamente al Hospital Sinaí de Baltimore para que lo evaluaran.

Al hacerle las pruebas para descartar coronavirus dio positivo, y los médicos conscientes de su antecedente clínico, se tomaron el caso con mucha entrega y dedicación. Al realizarle una radiografía se pudo constatar que sus dos pulmones habían sido atacados por la neumonía.

Era urgente y necesario que recibiera varias transfusiones de sangre, los médicos no podían permitir que los glóbulos blancos del niño bajaran debido a su conocida condición. El ir y venir de las agujas en sus pequeños brazos dejaban evidentes marcas en su delicada piel.

«Tenía que quedarse inmóvil por la aguja porque la aguja seguía saliéndose», dijo Deshannon.

La madre estaba muy preocupada, pero al ver el esmero, cuidados y atención que le prestaba el personal médico a su hijito, le inspiraba un poco de calma y cierta tranquilidad, dentro de la normal y comprensible angustia que vivía en momentos tan difíciles.

«Verlo pasar por eso fue realmente aterrador«, dijo la sufrida madre.

Después de varios días, la mejoría del niño empezó a manifestarse. Su caso se había dado a conocer a través de las redes sociales, y muchísimas personas elevaban oraciones por el pequeño para que se recuperara pronto, y volviera a ser el niño juguetón de siempre.

“Solo hay que mantener la fe, mantener la fe, ese es el mensaje”, decía la agradecida mujer.

Los médicos han estado evaluando en línea permanentemente a Nasir, y manifestaron que se encuentra muy bien. La familia no deja de agradecerle a todos por la atención que tuvieron con su hijo. Una victoria más ganada a la terrible pandemia.

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