Una sorpresa del destino la curó de una enfermedad crónica que la hacía agonizar del dolor

No importa cuánto desees tener el control sobre tu vida, resulta completamente imposible evitar que el azar entre de vez en cuando en el juego para cambiar los planes. Así, una eventualidad muy pequeñita, casi insignificante, puede llegar a arruinarle la vida a alguien.

Tal como le sucedió a Celeste Clancy, quien, tras un rápido viaje al campo, fue diagnosticada de una terrible enfermedad crónica. ¿El motivo? Una picadura de garrapata. A partir de entonces, esta pobre chica tuvo que aprender a vivir agonizando de dolor, sufriendo de terribles espasmos, desmayos, lagunas mentales y muchos otros síntomas más. No obstante, todo cambió repentinamente cuando quedó embarazada ¡Su bebé fue su salvación!

Celeste no prestó mucha atención a la erupción que le salió en la parte interior del muslo cuando volvió de su viaje a Salem, en Estados Unidos. En cambio, simplemente asumió que se debía a una reacción alérgica al detergente de lavar ropa o la resequedad de la piel.

Pronto la chica comenzó a sufrir de un inusual y sumamente severo dolor en la espalda baja, lo que posteriormente supo que se trataba del primer síntoma de la enfermedad de Lyme, una espantosa condición que es transmitida por ciertos tipos de garrapatas que en los humanos afecta tanto la piel, como el sistema nervioso, el sistema músculo esquelético y también el corazón.

Posteriormente, siguieron los espasmos, la extraña sensación de que estaba sufriendo un derrame cerebral, sordera momentánea, dolores insoportables, zumbidos en el oído y muchos, muchos otros síntomas más.

«Todos los días sufría un aproximado de 3 síntomas diferentes. Hubo veces en las que difícilmente me podía concentrar debido al dolor. Apenas y podía levantarme de la cama de lo insoportable que era», recuerda Celeste.

La enfermedad de Lyme está asociada a 300 síntomas diferentes, por eso resulta tan difícil su diagnóstico.

Además, Celeste comenzó a experimentar continuas lagunas mentales que no le permitían pensar con claridad y que la hacían olvidar por completo qué era lo que estaba haciendo o incluso dónde estaba.

«Una vez, se me olvidó cómo hacer girar mi auto y luego, en otra ocasión, llegué a una gasolinería tan desorientada que no sabía por qué estaba ahí ni qué era lo que debía hacer», continúa la chica de 29 años.

La vida de Celeste se había convertido en un constante suplicio. Por otro lado, los doctores no lograban dar con el diagnóstico correcto, a pesar de que llegó a visitar 5 quiroprácticos, dos ortopedistas, varios especialistas en enfermedades infecciosas, reumatólogos, neurólogos.

De hecho, no fue sino hasta que visitó al quinto quiropráctico que Celeste supo, finalmente, qué era lo que le estaba sucediendo. Fue así cómo se enteró de la enfermedad de Lyme y comenzó a recibir tratamiento para aliviar los síntomas.

No obstante, ninguno de los antibióticos que le proporcionaron los doctores a la chica resultaron tan efectivos como llevar un bebé en el vientre. ¡Celeste había quedado embarazada a pesar de que se estaba cuidando!

Y así, repentinamente, todos los síntomas desaparecieron.

«Al parecer, las hormonas del embarazo detuvieron a la bacteria que produce la enfermedad de Lyme. Desde entonces, no he sufrido ni un síntoma más. Así que estoy completamente segura de que este bebé me regaló el alivio y la cura con la que he estado soñando. Él me ha salvado la vida», exclama la orgullosa madre.

Por su parte, Dorothy Lelan, vice presidenta de LymeDisease.org argumenta que se han investigado casos de mujeres que experimentan un súbito alivio de los síntomas de la enfermedad de Lyme cuando quedan embarazadas, pero que después de tener al bebé estos vuelven una vez más.

Asimismo, la doctora Christina Green, experta en la enfermedad de Lyme, asegura que no ha visto que una mamá  haya sido «curada» de los síntomas en ninguno de los estudios que ella misma realizó con 11 mujeres embarazadas.

Daily Mail / StoryTrender / Facebook

De ser así, entonces Celeste es la excepción de la regla, pues ella, su esposo, su hermoso bebé y sus tres perros hoy viven felices y sin el peso de la enfermedad de Lyme sobre sus hombros. ¡Muy atrás quedó el dolor y la agonía para esta familia!

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