Un padre interrumpe la grabación del «sugerente» baile de su hija y la obliga a pedir perdón

Contrariamente a lo que se suele pensar, el twerking (conocido paso al ritmo del reggeaton), si bien puede ser un baile muy agresivo y sugerente, no necesariamente da una connotación de sexualidad a las mujeres, ni tampoco es solo para ellas. Sin embargo, su cadencia y movimientos, muchas veces son capaces de despertar actitudes machistas en ciertos individuos.

Tal es el caso de una entusiasta de este tipo de danzas, que muestra en sus redes sociales y su padre, el patriarca de la familia Medina. Ambos son oriundos del estado de Puebla, en México, y están dando de qué hablar. El progenitor le prohibió a su hija continuar con sus videos, pero, incluso la obligó a disculparse públicamente.

De más está decir que el hecho se volvió viral, más aún en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, poniendo sobre la mesa, una vez más, el antiguo debate sobre el machismo, la discriminación sexual y la violencia de género.

El señor Medina exhibió a la menor de edad en todas sus plataformas digitales. En el video se ve cómo le prohíbe a la joven bailar twerking o mostrar su trasero, pero, no solo eso. Lo hizo, además, de una manera bastante marginal, ordinaria, escasa.

“Sólo las prostitutas enseñan las nalgas, y esa no es la educación de una niña de su casa«, se oye decir al hombre en la grabación”.

De hecho, el hombre escribió de su puño y letra un texto para que su hija lo leyese ante la cámara, para luego, en un acto de padre protector pero francamente irrespetuoso sus derechos, le exigió que pidiera perdón al público. Según los usuarios que atestiguaron las imágenes, la bailarina se veía hostigada, aterrada.

«Este video lo estoy grabando para pedir una disculpa a mis familiares y amigos por las fotos y videos que he estado subiendo en los que me denigro», dice a la fuerza en el clip la menor de edad.

Así de vergonzosas fueron las palabras escritas por el progenitor de esta niña, quien pareciera incapaz de tener claro que, él es solo su padre, no su dueño. Sin detenerse, a viva voz la increpa de nuevo para reiterarle que ella es una “niña de su casa”.

Pero, el causante de este desencuentro filial, el twerking, tal y como se ha aclarado es tan solo un baile originado en el Caribe, que se ejecuta flexionando las rodillas y moviendo las caderas de arriba abajo, adentro y afuera. Posee una clara influencia africana, pero, actualmente adecuado a la música del género urbano.

La reflexión de hoy está en si deberíamos desconfiar de esta forma tan radical, dramática y retrógada, por decir lo menos, de nuestros muchachos. Y por otro lado cómo debemos protegerlos de exponerse a los peligros inminentes de las redes sociales, que son usadas por pederastas y la mafia de trata de blancas.

Los jóvenes solo desean ser jóvenes, tal y como nosotros lo fuimos, y estar a la vanguardia de las nuevas culturas y procesos de adaptación social, tal y como nosotros lo estuvimos en su momento.

Probablemente la solución sea inculcarles valores humanos, con los que se protejan a sí mismos.

Los valores humanos son armas poderosas que podemos enseñar a los jóvenes para ser mejores seres humanos, pero también para tener la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo. Comparte esta historia con tus amigos.

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