Dicen las 2 palabras que les enseñó su mamá en caso de peligro y se salvan de un secuestro

La seguridad de nuestros niños es una prioridad, debemos estar siempre atentos a cualquier amenaza de peligro que atente contra ellos y ser muy comunicativos con las advertencias que les damos para que así sepan cómo defenderse.

Esta madre nos da una importante lección a todos con lo que le advirtió a sus pequeños y los salvó de ser secuestrados.

Se llama Jodie Norton, es bloguera y vive al sur de Utah, tiene cuatro hijos. Ella necesitó ir al centro de salud más cercano y cuando iba en camino le pidió a una vecina que la ayudara y vigilara a dos de sus hijos que estaban junto a ella en ese momento.

Se sentía muy mal y cuando tuvo que entrar a la consulta médica sus pequeños estarían en la sala de espera.

Sus hijos de 8 y 10 años casi fueron secuestrados, se salvaron gracias a las “dos palabras mágicas” que su mamá les enseñó.

Ellos se percataron de que unas personas que se acercaron a ellos podrían ser peligrosas.

Les pidieron que los acompañaran un segundo pero los niños no dejaban de repetir “No, gracias” Tal como su madre les había advertido en caso de sentirse amenazados.

Ella llegó a su casa, le diagnosticaron una afección en un ovario, cuando sus hijos regresaron de la escuela se enteró que la vecina a quien había pedido ayuda estaba lejos y los niños esperaron por ella durante 40 minutos en la sala de espera del hospital cuando posiblemente serían raptados por los extraños que se acercaron a ellos pidiéndoles que los acompañaran.

Se trataba de una mujer adulta y dos hombres con estilo punk que los abordaron y se esforzaron por convencerlos para que fueran a ver a un hombre al baño, diciéndoles que necesitaban que lo convencieran para salir y visitar a un médico.

Ante la insistencia y las súplicas los niños siempre respondieron “No, gracias”, y se aferraron a esa respuesta sin titubear. Hasta que llegó la vecina y las personas se fueron corriendo a un coche.

Pudieron ver cómo un tercer hombre salió del baño y entró en el coche para irse con ellos. “Mi boca se mantuvo abierta todo el tiempo mientras me contaban lo sucedido”, relató Jodie.  Puedes visitar su blog aquí.

“Sabía que eran personas peligrosas, nos pedían ayuda a nosotros y los adultos no piden ayuda a los niños”, aseguró el niño de 10 años. Entre la rabia y la sorpresa Jodie sintió gratitud cuando su hijo mayor le explicó que no confiaba en esos adultos.

La policía fue notificada del hecho y estarán atentos revisando las cámaras de seguridad. ¡Comparte esta noticia con todos tus amigos!

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