“Sufrí mucho para entender a Dios” – La vida la convirtió en la madre de su hermana gemela

En ocasiones la vida lleva a algunas personas a asumir roles para los que quizás no estaban preparadas pero el amor y esfuerzo ayuda a superar cualquier barrera. De este modo le ha sucedido a Graziela y Rafaela Altino Gomes, unas gemelas que se han convertido en madre e hijas no sólo en afecto, sino legalmente.

Graziela y Rafaela son gemelas bivitelina, es decir que se formaron en diferentes placentas. Y Rafaela nació con una condición especial que nunca ha sido un problema para su hermana.

Pero su mundo se complicó tras la muerte de su madre.

En el 2004, la madre de ambas murió de un ataque cardíaco cuando tenía 50 años. En ese momento ambas eran menores de edad pero con sólo 17 años, la madurez llegó pronto a la vida de Graziela. Esta chica se convirtió en la madre de su hermana no sólo emocional sino legalmente.

Obtuve la guardia de Rafaela hace 11 años. En 2008, obtuve su curatella (custodia de una persona mayor de 18 años”, recuerda Graziela.

La situación no fue nada sencilla para ellas pero esta chica supo cómo luchar por los derechos de su hermana y logró que el gobierno no las separara. Actualmente viven en Nova Cruz, en el interior de Río Grande del Norte, Brasil, pero miran con dolor los primeros días.

Sentía mucho dolor. Sufrí mucho para entender a Dios, y el por qué de las cosas… fue muy difícil para nosotras. Entonces me cerré al mundo.

El panorama tenía todo para ser malo, después de la muerte de mi madre, no tenía muchas opciones. Pero me quedé con ella y aprendí a entenderla, sentirla y querer vivir con ella. Rafaela es mi vida. No sé qué sería de mí como ser humano si no fuera por ella”, dijo Graziela.

A pesar de los sacrificios, esta mujer no se arrepiente de todo lo que ha hecho por amor a su hermana. Rafa estudia séptimo grado en una escuela adaptada y este ha sido el primer año en que Graziela accede a acompañarla a la celebración del día de las madres.

Fue el primer Día de la Madre que acepté asistir a su escuela. Ella me preguntaba y nunca había podido ir, pero este año fuimos. Fue duro, lloré mucho», recordó Graziela.

Para Graziela, Rafa no es sólo su motor sino una persona de la que ha aprendido mucho y ella lo justifica por la dulce personalidad de su gemela, pues Rada es comprensiva, paciente, tranquila y sincera.

Hoy puedo entenderlo y sentirlo. ¡Sí, soy su madre y me encanta serlo!», expresó Graziela.

Finalmente, esta chica mira con serenidad el rol que la vida le impuso pero ahora lo abraza con muchísimo amor pues sabe que su historia y unión va más allá de la relación entre unas gemelas, simplemente se han convertido en madre e hija.

¡Qué gran corazón el de esta chica! A pesar de su corta edad luchó por no ser separada de su hermana y le sigue ofreciendo todo su amor. Comparte su inspiradora historia.

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