Una palomita de maíz atascada en su diente casi le cuesta la vida

A todos nos encantan las palomitas de maíz, son uno de los snack más apetecibles, deliciosos y buscados. Pero una cantidad mínima de maíz inflado descompuesta en la cavidad bucal puede ocasionar gracias problemas de salud, como le ocurrió a un hombre del Reino Unido, a quien por poco le cuesta la vida.  

Adam Martin es un bombero de 41 años que vive en Cornwall. Le fascinan las palomitas de maíz, no pierde la oportunidad de comerlas, no solo cuando va al cine, sino también las prepara en casa mientras disfruta viendo la televisión. 

Adan Martin en su trabajo

Cierto día, a finales de septiembre de 2019 cuando estaba viendo una película junto a su esposa Helen frente a un bote enorme de maíz inflado, un trozo de las palomitas se quedó atorada en sus dientes. 

Intentó sacarlo con un palillo sin resultados, optó por la tapa de un bolígrafo, un pequeño alambre, hasta un clavo utilizó para sacar el incómodo cuerpo extraño, pero no obtuvo resultado. Todo lo que logró fue lastimarse e irritarse las encías, siguió tratando de sacarlo cuando se cepillaba.  

Adam Martin y su familia

“No había manera de quitarlo”, aseguró el preocupado Adam.

A la semana del incidente empezó a sentir ciertos síntomas como una gran fatiga y dolores continuos de cabezaLlegó a creer que se trataba de un resfriado o una gripe. Con los días, la situación empeoraba y no pudo soportar el malestar, tuvo que acudir al médico.  

A pesar de que comenzó a tomar los medicamentos que le recetaron, no sentía alivio alguno. Tuvo que acudir nuevamente al médico, y fue allí cuando descubrieron que estaba presentando un problema delicado de salud.  

Tenía inflamado el revestimiento interno de las cámaras y válvulas cardíacas,una enfermedad que se conoce como endocarditis, y se produce cuando una bacteria se aloja en el torrente sanguíneo y logra extenderse hacia el corazón. 

Y precisamente eso lo produjo la palomita de maíz que tenía atascada en el diente durante tantos días. Lo enviaron a casa y le indicaron nuevos medicamentos, pero le explicaron claramente que tenía un leve soplo cardíaco.  

También presentó una lesión de Janeway, señal externa indicativa de endocarditis infecciosa, que en Adam se presentó como una especie de ampolla de sangre en uno de los dedos de su pie. 

Lesión de Janeway

“Nunca volveré a comer palomitas de maíz, eso es seguro”, dijo el aturdido hombre. 

A Adam se le realizó una operación a corazón abierto que duró siete horas, para reemplazar su válvula aórtica y reparar la mitral, rápidamente la infección ya la había consumido. 

“Tendría que haber ido al dentista desde el primer momento. Entonces nada de esto habría sucedido.

Ha sido la peor experiencia de mi vida […] La infección había afectado a las válvulas del corazón, pero por suerte pudieron curarme. Me siento extremadamente afortunado”, aseguró el afectado. 

A pesar de la gravedad de su caso, el hombre logró recuperarse satisfactoriamente, volvió a su hogar; y ahora él y su esposa están felices y cuidándose más que nunca.

Qué insospechada situación puede resultar de un pequeño trozo de comida alojado en un diente. Bien dicen que uno nunca sabe dónde está el peligro.

Vale la pena compartir este caso para poder advertirle a otras familias el peligro de una infección de este tipo. No te vayas sin hacerlo.

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