«Serán nuestros para siempre», le dije a mi esposo mientras las lágrimas corrían por mi rostro

Muchas mujeres desde pequeñas tienen grandes sueños, algunas sueñan con tener un príncipe azul y diseñar el vestido de boda. Al menos eso hacían de niñas las amigas de  Dayanelis mientras ella solo pensaba en los nombres de sus bebés. Un sueño poco concurrente cuando se tiene tan solo 10 años.

Los sueños son más que ilusiones oníricas.

Al crecer Dayanelis Miguel, de Florida, encontró un hombre con quien planeaba hacer su sueño realidad, cuando su esposo y ella se comprometieron acordaron esperar uno o dos años antes de tener un bebé. Aunque su deseo  por ser madre era enorme primero querían viajar y disfrutar su vida de casados antes de comenzar la gran aventura de ser padres.

Recorrer el mundo solos como pareja sonaba un plan perfecto. 

En el 2009 comenzaron su viaje de paternidad, la joven pareja estaba muy emocionada pero nunca se imaginaron que ese viaje se prolongaría tanto hasta convertirse en una odisea. Un mes se convirtió en 6 meses y luego en años, al ver que no quedaba embarazada decidieron consultar con un profesional.

A veces para cumplir los sueños hay que atravesar varios obstáculos. 

Para su sorpresa el doctor les dijo que el esposo era infértil, si querían tener hijos debían consultar un especialista en reproducción. La pareja hacía todo el procedimiento positivamente pensando que solo era cuestión de tiempo antes de que pudieran tener un bebé. Sin embargo, los planes cambiaron cuando en enero del 2011 Dayanelis sufrió una ruptura de quiste ovárico y tuvo que ser intervenida de emergencia.

Una operación que transformó la vida de los recién casados.

Durante la cirugía los médicos descubrieron que Dayanelis tenía endometriosis en estado 4, una noticia que dio un giro total a su viaje. Lamentablemente, los médicos le dijeron que las probabilidades de concebir por cuenta propia eran tan solo de un 3 %.

Para la joven pareja fue una verdadera tormenta escuchar una noticia de esa magnitud.

A pesar de todo lo que habían pasado siguieron trabajando para hacer el sueño realidad, apostaron por la transferencia de embriones congelados en el 2014 y consiguieron quedar embarazados. Desafortunadamente, perdieron el bebé a las 7 semanas dejando un vacío en sus corazones. La pareja estaba pasando por un muy mal momento, así que decidieron tomarse un descanso  y reconectarse como pareja.

La pérdida de un bebé nunca es reemplazada, sin embargo llegan otros angelitos que cambiarán tu vida. 

Después de su temporada de descanso pensaron en ser padres de crianza, una decisión que les cambiaría la vida.

Nunca pensaron que asumir esta responsabilidad les dejaría un vacío tan grande, así que después de aceptar el primer bebé y a los meses ser entregados a los abuelos, Dayanelis y su esposo pensaron que no estaban preparados para semejante reto y decidieron tomarse otro descanso. Sin embargo, sus peticiones no fueron escuchadas:

 “Lo siento, sé que han dicho que no están tomando ninguna nueva ubicación en este momento, pero tenemos un conjunto de gemelos que han recibido atención y se han movido dos veces debido a las camas limitadas”.

Sus sentimientos fueron más fuertes y una vez que consultó con su esposo y consiguió su apoyo decidieron con el corazón y aceptaron la solicitud. Sabían que no sería fácil pero estaban dispuestos atender a los gemelos.

No sabían que un sí cambiaría el rumbo de su viaje para siempre. 

La pareja estaba muy entusiasmada al recibir a los gemelos en los porta bebés, a pesar de que el trabajador social les advirtió que no se apegaran mucho a ellos porque en cualquier momento regresarían a casa, hicieron caso omiso y decidieron amarlos como sus propios hijos sin importar el tiempo que tuvieran con ellos.

Cuando se ama con el corazón no hay obstáculos que se puedan derrumbar. 

Los bebés llegaron a la casa de la pareja cuando tenían 5 meses, el tiempo pasaba y ellos los veían crecer y forjar la personalidad de los gemelos como lo haría cualquier padre. Los vieron gatear, dar sus primeros pasos, sentarse, incluso decir las primeras palabras.

Ver crecer a tu pequeño es algo que no tiene comparación. 

Un día como cualquier otro recibieron la visita del trabajador social y les comentó que empezaría a trabajar por una posible adopción. La noticia llenó de esperanza a la pareja, sin embargo no querían hacerse falsas ilusiones. Pero todo cambió a principios de enero del 2019 cuando el juez firmó la orden que declaraba que los padres biológicos renunciaban a todos los derechos y que los bebés ahora legalmente serían de ellos.

Entre lágrimas y amor abrumador la joven sería madre para siempre.

Después de todo siempre hay luz al final del túnel. Sus oraciones fueron escuchadas y su gran sueño se había convertido realidad. Qué bueno por esta pareja que siempre tuvo fe y creyó firmemente que para formar una familia la principal base es el amor y ayudar a tantos niños que necesitan de un hogar permanente.

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