Sentenciada a 14 años tras las rejas por espiar las conversaciones de Whatsapp de otra mujer

Una «curiosa» mujer se enfrenta a 14 años tras las rejas por dejarse llevar de la intriga y querer espiar las conversaciones que tenía una amiga suya con el entonces abogado de su todavía marido, del que se estaba divorciando.

Los hechos sucedieron en agosto de 2014, en Oleiros, A Coruña (España)

Las identidades de los involucrados no han sido reveladas, pero definitivamente hay episodios de la vida real que superan a la ficción. Y este es uno de ellos.

La mujer pensó que no tenía nada de malo si tomaba solo por un momento el teléfono móvil con el solo objetivo de enterarse en qué términos estaba arreglando el divorcio su marido y cuánto le perjudicaría a ella.

La mujer y su amiga asistían a un partido de tenis cuando en un descuido de la segunda, la mujer aprovechó la situación para tomar sin autorización expresa su teléfono móvil, según reza el fallo de la Audiencia Provincial de A Coruña.

Pero el grave error de la mujer no fue sólo su terrible curiosidad, sino la imprudencia de haberse enviado las conversaciones ella misma a su correo electrónico, dejando evidencia de los hechos.

Cinco años después de lo sucedido finalmente se emitió la resolución final que ha sido difundida por los medios locales, en la que se acusa a la mujer de «haber leído una conversación confidencial que el abogado de su todavía marido habría mantenido con su amiga y propietaria del teléfono que tomó sin permiso previo».

La sentencia recalca que además se pudieron constatar los hechos gracias a dos testigos que la vieron con el móvil durante el partido de tenis en el momento en que se ausentó la víctima de espionaje.

«Se hizo con el teléfono de la otra mujer y tal conducta no tenía otro propósito que descubrir conversaciones personales e íntimas de ésta», habrían declarado los testigos.

Aunque todos los hechos descritos le harían acreedora de una condena privándole de libertad absoluta durante 14 años, lo cierto es que no irá tras las rejas, pero tendrá que pagar la cantidad de 1.500 euros por daños morales y perjuicios, a modo de indemnización.

Es realmente sorprendente a lo que puede llegar una persona con tal de conocer la última verdad de los hechos, sobre todo cuando está su pareja de por medio. Muchos critican su conducta, ya que definitivamente ha usurpado todos los derechos mínimos a la otra persona. Pero otros no niegan que de haber estado en su lugar y con esa oportunidad habrían hecho lo mismo, solo que habrían sido más cautelosos.

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