Trabajan más de 1.500 horas para que su compañero ciego pueda “ver” su anuario

Los años de colegio están llenos de recuerdos que marcarán nuestra vida. Randy Sampson es un joven que se acaba de graduar de secundaria y siempre logró sentirse verdaderamente a gusto a pesar de que tenía algo que lo hacía diferente a los demás. Randy, conocido por sus amigos como RJ, tiene severos problemas en la vista y ha quedado prácticamente ciego.

Ya han pasado seis años desde que Randy perdió la vista.

Por fortuna, sabe leer en braille y ha logrado ajustarse con otros medios para no perderse ningún libro que tenga que leer en clases. Sin embargo, había una experiencia muy importante en la que sentía que no podía participar.

Cada año, todos sus compañeros se emocionaban con el Anuario: un libro en donde aparecían las fotografías de todos y se comentaban los mejores momentos del año escolar.

Randy vive en el estado de Colorado en los Estados Unidos.

Como es de esperar, un anuario no es hecho en braille para que personas como Randy puedan participar; así que el joven decidió hacer un pedido muy especial.

“¿Podrías hacer un Anuario en braille para mí?”.

Leslie Thompson, la instructora encargada de diseñar los anuarios quedó impactada. Randy le había hecho esta pregunta desde su primer año en la Secundaria y ella simplemente no supo qué responderle. Cada año se dedican muchas horas de fotografía, redacción y edición para producir un anuario convencional. Realizarlo en formato braille tomaría mucho más tiempo.

Los estudiantes trabajaron más de 1.500 horas para dar esa hermosa sorpresa a Randy.

Cuando llegó el año de graduación de Randy, Leslie supo que tenía que hacer su sueño realidad. Investigó todo lo necesario y trabajó incansablemente junto a todos los estudiantes para hacer un anuario que RJ lograra leer y disfrutar.

Lo mejor de todo es que se trataba de una sorpresa y después de tantos años, RJ había olvidado que le había pedido ese favor a Leslie.

El título del anuario fue «Más allá de lo que los ojos pueden ver»

Una vez que la sorpresa estuvo lista, prepararon una asamblea especial en donde Laurel Ainsworth, la editora del Anuario, hizo una conmovedora entrega en donde todos celebraron este gesto tan único. RJ no cabía en sí de la sorpresa y con una enorme sonrisa tomó el anuario en sus manos.

“Esto significa mucho para mí. La comunidad acá es muy amorosa”.

Inspire More

El anuario no sólo contiene información en braille sino que también fue adaptado a una aplicación para reproducir videos y audios en donde muchos estudiantes hablan sobre sus mejores experiencias durante los años de Secundaria.

“Quisimos que el libro fuese completamente accesible para él. Queremos que lo disfrute tanto como el resto de los estudiantes”.

No hay duda de que todas estas horas extras de trabajo habrán valido la pena para que RJ atesore sus mejores recuerdos.

¿Qué opinas de este inesperado gesto? Comparte esta bonita historia que demuestra lo importante que es apoyar a los demás.

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