Alumnos sorprenden con un auto a su humilde profesor, tardaba horas en llegar a la escuela

La labor de un profesor puede ser gratificante pero también muy sacrificada. Muchos de ellos son anónimos héroes sin capa, que se esfuerzan a diario por dejar en sus alumnos la mejor semilla, inspirándolos a ser mejores ciudadanos y personas de bien.

Tal es el caso de Mr. Julio Castro, un humilde docente de nacionalidad peruana que dicta clases para los alumnos de YULA High School, un colegio para chicos judíos, en Los Ángeles, Estados Unidos.

Resulta que el abnegado maestro usualmente tardaba más de 4 horas en llegar a la escuela, ya que para eso debía tomar, tren, bus y hasta hacer parte del trayecto en scooter. Para poder cumplir con sus obligaciones como profesor de Matemáticas, debía levantarse a las 4.30 de la madrugada cada mañana y no regresaba a su hogar hasta pasadas las 9.30  de la noche.

Julio Castro es un abnegado profesor para quien todos los sacrificios son pocos con tal de brindar una mano a quien lo necesite

Trascendió que Castro vive en la localidad de Santa Clarita, y desde allí tiene que trasladarse cada día hasta LA. Por lo que con el pasar de los días, las jornadas resultaban extenuantes para Castro.

Tristemente, no tenía suficientes recursos para comprarse un coche. Un día, un alumno logró ver cómo Castro buscaba desesperadamente ofertas en Internet para ver, si con suerte, encontraba algo que se adaptara a su bolsillo. Fue algo que partió el corazón de su pupilo.

Fue entonces cuando entre todos los alumnos, que admiraban y querían tanto a su abnegado profesor, decidieron tomar cartas en el asunto y juntos tuvieron el gesto más bonito y emocionante, que ahora ya ha dado la vuelta al mundo.

El gran gesto de bondad de todos los estudiantes de YULA con su profesor favorito emociona a las redes

profesor

Los hechos sucedieron cuando engañaron a Mr. Castro y lo convocaron a una supuesta asamblea de profesores. Pero, en realidad, tanto el director como sus demás colegas y todo el personal de la escuela, sabían de la increíble sorpresa que le esperaba: un auto nuevo.

A Castro lo tomaron por sorpresa en la cancha de la escuela, donde lo invitaron a salir y después de atravesar por un túnel conformado por sus alumnos, ¡Oh sorpresa!, ahí lo esperaba una auto mazda 3 color azul, del año 2019, con asientos de cuero.

Mientras, los estudiantes explotaban cañones de confeti, aplaudían y elogiaban al profesor.

Como era de imaginarse, Castro tenía un nudo en la garganta, casi no podía articular palabra y repetía que no se lo merecía.

Un grupo de sus estudiantes había logrado reunir cerca de 30 mil dólares para cumplirle su sueño, que ya era realidad. Todo fue posible gracias a que entre docentes, directivos y padres, organizaron una gran recolección de fondos, lo que les permitió no solo comprarle el coche, sino además el seguro por un año y una generosa tarjeta de gasolina.

Después de todo, no existía dinero que pudiera pagar todo lo que el humilde maestro había hecho por los chicos.

Pronto se supo que era frecuente que se saltara su hora de comer para atender a un estudiante, o que se queda después de clases para ayudar alguno que lo necesitara. Incluso ayudaba a cualquier alumno, aunque no estuviera a su cargo.

“Es un profesor muy, muy, muy comprometido con nuestro futuro”, dijo el estudiante Joshua Gerendash, a los medios locales.

Otro de sus alumnos aseguró que el peruano les enseñó “ciertos valores como la empatía y tratar a tu prójimo como te gustaría que te trataran a ti. El Sr. Castro es la encarnación de eso. Con este auto, con esta nueva oportunidad, solo encontrará más y más formas de ayudar a otras personas a su alrededor”.

En una emotiva publicación gráfica YULA difundió las escenas de lo que sucedió ese día que no olvidarán jamás.

Por su parte, Castro dijo con relación al homenaje que recibió:

«Hice lo mejor que pude. Yo siempre les decía: cuando la vida no va como ustedes quieren, ¿qué hacer? No llores por eso. No te quejes por eso. Solo sé agradecido por lo que ya tienes, y luego sigue adelante. Y un día algunas cosas buenas sucederán. Esta es la prueba», dijo Castro, visiblemente emocionado.

Agregó que el gesto de sus estudiantes lo motivó para seguir impulsando el amor por la enseñanza.

Está realmente feliz con el regalo porque le servirá para ver más seguido a sus tres hijos, a quienes no podía visitar regularmente por el tiempo que le tomaba llegar a su trabajo.

Según los medios, Castro logró titularse de biología molecular celular y del desarrollo en la Universidad de California, convirtiéndose en el primero de su familia en asistir a la universidad.

Este tipo de noticias son las que merecen hacerse virales. El mundo necesita más docentes como Castro y más comunidades educativas tan agradecidas como la suya.

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