«Mi pie se inflamó tanto que no podía caminar» – Un día de playa casi le cuesta la vida

Phoebe Robertson es una estudiante de 21 años del Reino Unido que sobrevivió a una letal infección que contrajo mientras disfrutaba unas vacaciones en Barbados el pasado mes de octubre.

Un día de playa sufrió una lesión en su pie izquierdo al pisar un erizo de mar, notó que se le había inflamado tras el contacto con la criatura.

“Dos días después de pisar el erizo de mar mi pie comenzó a inflamarse, al punto que ni siquiera podía caminar”, relató la joven.

Se dirigió a un hospital de la isla del Caribe donde recibió atención médica, le recetaron antibióticos y regresó a su país de origen una semana después.

“Fui a un médico que me recomendó usar unas toallitas con alcohol y antibióticos. Mis pies se mejoraron en cinco días y después regresé a casa. Cuando se es joven, nos sentimos invencibles. No pensé que hubiera nada malo y que algo así me pudiera suceder”, agregó Phoebe.

La trágica experiencia que sufrió le demostró que nadie está exento de contraer una sepsis que atente contra una extremidad del cuerpo e incluso contra la vida.

La trasladaron de urgencia a un hospital donde la sometieron a cuatro operaciones en un período de siete días para eliminar la piel infectada y detener la infección que afectaba todo su organismo.

La joven agradece estar viva, y sobre todo no haber perdido su pierna.

Una de las enfermeras que las atendió en el hospital describió su caso como “el milagro más afortunado”.

Cuando Phoebe llegó a su casa pensó que estaba perfectamente bien, la inflamación en su pierna había disminuido considerablemente. Una semana después regresó a la universidad, y retomó sus actividades, hasta que una mañana se descompensó.

“Me sentí bastante débil y sudorosa, me fui a casa y pasé todo el día vomitando. Al día siguiente me levanté y noté que algo estaba mal con mi pierna, pensé que se trataba de un calambre”, dijo la joven.

“Dormí durante el resto del día, y esa noche, mi pierna se endureció y me dolía mucho. Nunca había sufrido un dolor tan intenso. Grité pidiendo ayuda a mis compañeros de piso y me trasladaron al hospital”, relató Phoebe.

Una enfermera le dijo que posiblemente tenía una gripe severa y debía irse a casa, pero como la estudiante insistió en que se sentía realmente mal, le hicieron un análisis de sangre.

Al obtener los resultados, los médicos comprobaron que había contraído una infección por estreptococo A en su pierna izquierda. Esa bacteria vive en la superficie de la piel y generalmente no es dañina, pero cuando se filtra en una herida abierta puede causar sepsis.

La bacteria había ingresado al torrente sanguíneo de Phoebe y su sistema inmune no tardó en reaccionar atacando sus órganos y tejidos.

Los médicos le dijeron que había altas probabilidades de que tuvieran que amputar su pierna izquierda para detener la infección. Aunque tras cuatro cirugías y un tratamiento de antibióticos, no fue necesario.

Phoebe estuvo aproximadamente un mes ingresada en el hospital recibiendo además del tratamiento médico, sesiones de fisioterapia para que pudiera volver a aprender a caminar.

Afortunadamente, solo le quedaron cicatrices de por vida, pero pudo no haber sobrevivido, o en otro escenario, haber perdido su pierna.

Actualmente logró terminar el segundo año de la carrera de idiomas modernos que cursa en la universidad. Mientras se recuperaba se dedicó a escribir algunos ensayos y cumplir con deberes.

“Fue realmente difícil, no podía hacer nada por mí misma. Tuve que aprender a caminar de nuevo y a usar mi pierna izquierda. Siempre he sido muy activa, y de pronto estaba inmóvil. Si quería ducharme, tenía que pedirles a mis padres que me ayudaran”, relató Phoebe.

Agregó que en medio de la dura situación que vivía lo más fácil era deprimirse y darse por vencida, pensó que debería abandonar sus estudios, pero no quiere renunciar a su meta.

No tiene sensibilidad en su pierna izquierda y las cicatrices le recuerdan la dura experiencia que vivió y que cambió su manera de ver la vida.

“Hay que apreciar cada día, y cada detalle. Esto me acercó más a mi familia. Aprecio mucho las cosas pequeñas, la vida es muy corta, hay que disfrutarla”, dijo Phoebe.

Se ha dedicado a crear conciencia acerca de la sepsis mientras se prepara para correr la Media Maratón de Madrid en marzo del año que viene representando al Sepsis Trust del Reino Unido.

Phoebe está recaudando dinero a través de una campaña de GoFundMe para cubrir los gastos necesarios para su viaje a España en el que sueña participar en el evento deportivo.

A pesar del dolor y de las dificultades, ella ha sabido aprovechar la oportunidad de aprender y de enseñar a otros desde su ejemplo a mantener la fe y no rendirse. Comparte su testimonio.

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