Tras superar duras adversidades entra a la universidad a los 58 años para cumplir su sueño

La universidad es más que una institución, esta se convierte en una etapa importante en la vida de cualquier persona.

Mientras se estudia, se van estableciendo vínculos y experimentando una serie de cambios que nos preparan para asumir la vida adulta. No obstante, estos procesos pueden cambiar variar en el tiempo y algunas personas entran en la universidad cuando ya son mayores.

Así le ha ocurrido Margarita López, de 58 años, quien ha asumido con gallardía y emoción ser una estudiante universitaria a pesar de su edad.

Margarita no es la estudiante típica pero decidió romper los estigmas y entregarse a sus estudios en la Universidad del Sur de California.

Tras haber educado a 8 hijos, esta mujer está cumpliendo uno de sus sueños, ir a la universidad.

Margarita es residente de un suburbio de Los Ángeles llamado Hawthorne, allí educó y vio crecer a sus hijos. Sin embargo, siempre quiso ir a la universidad pero un matrimonio temprano y las responsabilidades del hogar se interpusieron en su camino.

«Lo dejé atrás porque elegí tener una familia y quería dedicar mi tiempo a ellos», dijo López.

A pesar de no tener una profesión, esta mujer trabajó arduamente por darles a sus hijos la mejor educación y que pudieran ingresar a instituciones de renombre.

Todo esto significaba un costo así que la mujer tomó dos trabajos, el primer turno en una tienda local y durante el tiempo restante se dedicó a limpiar casas.

Además de estas circunstancias, Emilio, el hijo menor de Margarita nació con parálisis cerebral.

«Él es como el centro de nuestra familia y es lo que nos hace buenos. Es lo que nos mantiene en tierra y bien», dijo López

Emilio es tetrapléjico y su condición exige atención durante las 24 horas del día.

A pesar de todo este trágico panorama, la mujer ha sabido hacerle frente a su vida y ahora ha logrado ingresar a la universidad para cumplir uno de sus sueños.

Medardo, de 38 años, es el esposo de Margarita y quien la acompaña y motiva a continuar sus estudios.

Su pareja la ayuda con Emilio para que ella pueda asistir a sus clases.

Esta ha sido una experiencia nueva para Margarita, quien además confiesa haber empezado la universidad para honrar la memoria de su hija Milanca.

Ella adoraba su carrera, y durante mucho tiempo le insistió para que comenzara a estudiar en la Universidad de California en los Ángeles.

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En el 2012, Milanca falleció en un accidente automovilístico junto a su hijo de 6 años, sólo un par de semanas después de graduarse.

Este fue otro capítulo  doloroso en la vida de Margarita, quien pensó que nunca se recuperaría pero tras hallar una antigua conversación de Facebook con su hija tomó el impulso para conquistar su sueño.

«Definitivamente fue una señal. Era una señal de que necesitaba terminar un sueño que tuve durante tanto tiempo. Leí eso y me sentí tremendamente triste de no haber actuado con ella mientras estaba viva», dijo López.

Margarita se matriculó en un colegio comunitario y en otoño del año pasado comenzó la universidad.

La madre recibió una beca Universitaria del Decano de Transferencia, la cual le asegura la estabilidad para finalizar sus estudios.

«La mayoría de los días olvido que tengo 58. Sólo estoy tratando de llegar a clase en 10 minutos desde el otro lado del campus», dijo López.

Rodeada de nuevas experiencias esta mujer está cumpliendo su sueño y ha dado una gran lección para muchos. Margarita pone todo su empeño para continuar con su carrera en honor a su hija.

«Me hace sentir mejor y espero que esté orgullosa de mí. Espero que esté orgullosa pues sé que nos está mirando», dijo López.

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Para esta mujer la educación siempre ha sido algo importante, por ese motivo hizo muchos sacrificios para que sus hijos pudiesen estudiar. Ahora es tiempo de que ella reciba y disfrute de la experiencia de formarse como profesional y ¡por fortuna!, todos la han acogido de la mejor manera. El cariño de sus compañeros también la impulsa a continuar y aprender cada día.

Margarita es un ejemplo para muchos. Comparte su testimonio en tus redes ¡Que las dificultades no apaguen los sueños de nadie!

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