Los científicos derriban 7 mitos sobre el sexo que hasta los más expertos creían ciertos

Estamos en pleno siglo XXI y a pesar de la actitud desinhibida de la sociedad actual y de que nadie, en su sano juicio, admitiría que considera el sexo como un tema tabú, convivimos con una serie de mitos o creencias infundadas que aún personas con un cierto nivel académico consideran como ciertos.

Hoy te traemos los argumentos de expertos que dan al traste con estos mitos sobre la vida sexual.

1. Tener sexo aumenta las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco. FALSO.

Los estudios realizados por el American College of Cardiology, solo el 0,7% de los pacientes ingresados por cardiopatía refirieron haber mantenido relaciones previamente al evento motivo de su ingreso al centro de salud.

Sin embargo, se ha determinado que el adulterio sí puede ser un factor de riesgo a la hora de hablar de enfermedades cardíacas, ya que el estrés generado por el hecho de mantener una relación clandestina por un lado y el deseo de complacer sexualmente a la pareja de turno y no fallarle a la hora de ir a la cama son factores desencadenantes de este tipo de padecimientos.

2. Las personas con problemas de espalda no deben tener sexo intenso. FALSO.

Tal afirmación solo refleja la falta de creatividad e imaginación de quienes la difunden, pues no han explorado la amplia gama de posibilidades que en cuanto a posiciones y modalidades posee la actividad sexual.

Si bien es cierto que posturas como la del misionero pudieran resultar muy demandante para una espalda masculina lastimada, invirtiendo la postura, es decir, con la mujer ejerciendo de amazona, los resultados pudieran ser muy satisfactorios. Todo se trata de explorar y conocer a tu pareja.

3. El dolor de cabeza es un impedimento para tener relaciones sexuales. FALSO.

Al contrario. Una gratificante sesión de sexo puede resultar mejor que el más renombrado analgésico si de dolor de cabeza se trata. Investigaciones realizadas por grupo de neurólogos de la Universidad de Munster, Alemania, en 2013, determinó que más de la mitad de las personas que padecían de jaquecas migrañosas experimentaron un elevado porcentaje de mejoría en los síntomas después de mantener relaciones sexuales.

Esto se debe a que la actividad sexual propicia la liberación de endorfinas que son los analgésicos naturales del cuerpo, a través del sistema nervioso central, lo cual ocasiona la reducción o desaparición del dolor de cabeza.

4. Orinar antes de tener sexo disminuye el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual. FALSO.

Contrariamente cuando vacías la vejiga antes del coito, incrementas la a posibilidad de adquirir infecciones. Al orinar después de haber mantenido relaciones sexuales, el torrente de líquido puede arrastrar cualquier posible bacteria que esté tratando de alojarse en tus conductos, mientras que si has ido al baño antes de hacerlo, el caudal de líquido no tendrá la misma fuerza.

5. La mujer no puede quedar embarazada si tiene relaciones durante su período. FALSO.

Si bien las probabilidades son estadísticamente inferiores, sigue existiendo un margen de riesgo que debe ser tomado en cuenta durante los días de sangrado menstrual, según afirma Gillian Lockwood, ginecóloga consultora y directora médica de los Servicios de Fertilidad de Midland.

6. El sexo y el orgasmo pueden provocar el parto prematuro. FALSO.

Si bien el sexo sí puede acelerar el proceso de alumbramiento, esto solo ocurre cuando la mujer se encuentra cercana a la fecha de dar a luz. Adicionalmente, se deben tener en cuenta ciertas circunstancias en las cuales se debe excluir el sexo de las actividades de la embarazada, por ejemplo: ruptura de membranas, placenta previa, embarazo gemelar o posibilidades de parto prematuro.

7. Colocarse “de cabeza” después de tener relaciones aumenta las posibilidades de quedar embarazada. FALSO.

Daily Mail / El Ciudadano

Preferiblemente, deberás colocar un almohadón debajo de la pelvis para de esta manera facilitar la ruta de los espermatozoides hacia el utero, incrementar su velocidad y permitirles que ahorren energía que necesitarán para la fecundación del óvulo que los espera.

Ante cualquier inquietud, consulta a tu médico de confianza. Él sabrá orientarte y disipar cualquier duda. ¡Recuerda compartir!

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