La esposa del actor Max Von Sydow anuncia su fallecimiento con un emotivo mensaje

El pasado domingo nos enteramos del triste fallecimiento de uno de los más grandes actores del séptimo arte, el franco-sueco Max von Sydow, uno de preferidos del inmenso Ingmar Bergman. Con más de 100 películas en su haber, y con una dilatada carrera que incluye una de sus últimas encarnaciones en Game of Thrones, pasó a mejor vida a la edad de 90 años, según indicó su mujer.

Max von Sydow

Catherine von Sydow hizo el anuncio con el corazón roto y una infinita tristeza, pidiendo discreción y consideración a la prensa durante su período de luto. El artista nació en el seno de una familia aristocrática un 10 de abril de 1929 en la ciudad de Lund, Suecia. Su padre fue profesor de la Universidad de Lund, y su madre, maestra de escuela.

Con tan solo 9 años de edad ya el futuro histrión hablaba el inglés y el alemán con fluidez, y ya en el colegio comenzó a familiarizarse con las tablas. En ese momento fundó junto a sus compañeros una pequeña compañía de teatro en la cual daría sus primeros pasos interpretativos.

Después de cumplir el servicio militar, tuvo su tan anhelado debut en el cine, en las películas Solo una madre, de 1949 y Señorita Julia, en 1951, ambas producciones del director sueco Alf Syöberg. Luego, en 1955 se trasladó a Malmö donde conocería al que sería su mentor y su padre artístico, el laureado director Ingmar Bergman.

Luego ambos se volverían casi inseparables y trabajarían como uno solo en el cine, en grandes y recordadas películas como la inquietante El séptimo sello, de 1957, o El manantial de la doncella, en 1960.

Al borde de la vida, el miedo nos hace crear una imagen salvadora y esa imagen es lo que llamamos Dios, decía Antonius Block, interpretado por Von Sydow en aquel extraordinario personaje caballeresco que jugaba una partida de ajedrez con la Muerte.

Para Von Sydow, la estrecha relación con Bergman sería determinante en su carrera, ya que era él quien lo estimulaba a trabajar a través de sus creaciones, por lo que siempre estuvo agradecido con el cineasta que prácticamente le dio las alas para volar tan alto como llegó.

Trabajar con él fue una bendición. Sus producciones me inspiraban intelectualmente, me enseñaba. Poseía una gran imaginación, una enorme inteligencia y un estupendo sentido del humor. Nos dejó un legado artístico fundamental para entender al ser humano”, dijo Von Sydow en una oportunidad.

En Roma se haría amigo de Marcelo Mastroianni, y en la década de los ochenta se vinculó con otros grandes directores como Woody Allen, y David Lynch. En 1988, Max dirigió Katinka, su primera película.

La dirección no es lo mío. Soy actor. Y punto. Aquella película la hice porque me impresionó la novela danesa en la que se basó el guión, y no encontré quién la dirigiera. Se lo pedí a Bergman y a otros. Al final me empujó el productor”, confesó poco después.

Y así siguió sumando personajes inolvidables en varias películas destacadas: Despertares, de Penny Marshall; Hasta el fin del mundo, de Wim Wenders; Tan fuerte, tan cerca, de Stephen Daldry, por la que fue nominado al Oscar; o Star Wars: el despertar de la Fuerza, de J.J. Abrams. En 2016 se sumó al elenco de la serie Game of Thrones en su sexta temporada.

El telón se ha cerrado para Max, sin embargo su invaluable legado histriónico perdurará en la memoria de todos los que amamos el séptimo arte eternamente. Paz a su alma.

Comparte esta historia con tus familiares y amigos y rindamos un sencillo tributo a este grandísimo actor para quien hacer buen cine era lo esencial.

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