La dramática preocupación de la mujer que mide 83 centímetros de estatura estremece las redes

Santosh Kumari vive en un pueblo de la India, ejerciendo su profesión de sastre y llevando una vida normal a pesar de tener 83 centímetros de estatura. La única preocupación real que tiene es el matrimonio. A muchos nos preocupa encontrar a la pareja ideal, pero a diferencia de la mayoría, que puede por ejemplo meterse en Tinder y conocer a alguien, ella resiente que la han confundido muchas veces con una niña.

Como se puede ver en las imágenes, sus extremidades son diminutas y eso le dificulta el poder caminar. Esa dificultad, además de la baja estatura, es lo que más la mantiene lejos de la posibilidad de tener algún pretendiente dispuesto a contraer matrimonio y formar una familia.

Aparte de su vida romántica, las demás cosas de su cotidianidad funcionan muy bien. Santosh se dedica a coser, es sastre, y es muy conocida en su pueblo debido a sus grandes habilidades para hacer bonitos vestidos. Su comunidad la ha aceptado bien, no enfrenta ningún tipo de acoso o intimidación a causa de su aspecto particular. Lo único que le falta es un esposo.

«Todos me quieren en el pueblo, nadie me critica. Vienen a mí para que les haga ropa y para discutir temas de estilo… Disfruto la atención pero no tengo tantos amigos. De pequeña algunos niños se burlaban de mí, ahora todos son educados y buenos conmigo», dijo Santosh.

La mayoría de las mujeres en el pueblo de su edad están casadas o a punto de contraer matrimonio, pero ella siente que nunca podrá alcanzar ese nivel de felicidad. Su hermana Mahavir Meena, de 23 años, se casó y tuvo un hijo, a Santosh le hizo feliz por su hermana pero también le dolió, ya que ella es mayor y sigue soltera. En su cultura es algo difícil de asumir.

«Hemos intentado buscarle una pareja pero nadie se aproxima debido a su tamaño», dijo Mahavir, quien además contó un poco sobre la niñez de Santosh y su condición médica. La deformación física se manifestó cuando a penas tenía tres años, debido a su forma de caminar, «era como cualquier otro niño hasta que dio sus primeros pasos y su crecimiento se detuvo», continuó.

Rareshot / Caters News

La familia de Santosh se alarmó cuando a sus diez años aún no había crecido ni un milímetro. La llevaron al médico del pueblo y allí les recomendaron llevarla a grandes clínicas de la ciudad en las que podrían ayudarla, pero por falta de recursos no pudieron dar ese paso. 

«Me hace falta un compañero en mi vida pero he perdido la esperanza. Soy muy pequeña y nadie quiere casarse conmigo«, dijo Santosh.

Santosh asegura que ella ha aceptado su destino, y que continuará felizmente ejerciendo como costurera hasta poder abrir una tienda. De momento cose y hace sus labores en casa, pero seguro tendrá tiempo y energía para cumplir esa meta.

Es lamentable que esta mujer pierda las esperanzas, pero nadie sabe lo que pasará, esperamos de corazón que encuentre al compañero que tanto busca… Te invitamos a compartir su historia con tus amigos.

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