La inesperada reacción de un actor de teatro cuando un niño autista interrumpió la obra

Las obras de teatro representan horas de esfuerzo y mucha práctica por parte de los actores y directores de la misma para crear un verdadero espectáculo. Por ello, en muchas salas de teatro se pide a los asistentes no interrumpir, o hacer ruido, durante el desarrollo de la obra.

Toda persona debería ser bienvenida en los teatros para que puedan desarrollar su parte artística desde pequeños, pero no siempre son comprendidos por los adultos al actuar como lo que son, niños, y se vuelven objeto de críticas.

Tal como sucedió cuando una amorosa madre decidió llevar a su pequeño hijo, quien sufre de autismo, a presenciar una obra de Broadway, y el niño profirió un grito en medio del silencio del espectáculo El rey y yo.

A raíz de lo sucedido, uno de sus protagonistas, Kelvin Moon Loh, publicó una carta que se ha vuelto viral en las últimas semanas.

Kelvin comienza su carta aclarando que no hará lo que todos esperan, no abrirá un juicio contra la madre que lleva a su hijo autista a una obra, ni tampoco se enojará con el niño por su reacción.

La carta de Kelvin plantea una reflexión en la que cuestiona cuándo fue que perdimos nuestra humanidad. Con una prosa sincera, cruda y muy crítica de las artes escénicas, el actor recuerda la función del teatro, no es simple entretenimiento sino que va mucho más allá.

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Publiée par The King and I the Musical sur Mardi 27 novembre 2018

“¿Cuándo comenzamos a preocuparnos tanto por las personas del teatro, o por la experiencia de la obra, que terminamos perdiendo la compasión por los demás?”, escribió Kelvin.

El teatro nos une con nuestra humanidad. Nos recuerda hechos, nos presenta dolores y esperanzas, nos cuestiona e interpela, nos pega y nos duele, nos hace reír y llorar, nos mueve y nos deja petrificados.

Después de todo, el teatro no es más que una representación de la vida misma, que nos genera preguntas para ir reflexionando mientras abandonamos la sala para volver a nuestras rutinarias vidas.

En esta obra, hay un momento muy intenso en el segundo acto. Fue en ese momento que el niño cimbró el teatro con un profundo grito. Una semana antes, otra niña (no autista) también había gritado y llorado en ese mismo punto de la obra. Sin embargo, el efecto en el público no fue el mismo.

“La audiencia comenzó a reunirse alrededor de la madre y de su hijo para sacarlos del lugar. Escuché murmullos diciendo – ¿por qué llevarías a un niño así al teatro? – Esto está mal. Claramente es un gran error”, señaló el artista.

Ante la reacción inesperada del público, la madre intentaba calmar por todos los medios a su hijo, mientas Kelvin desde el escenario, moría por detener la actuación y reconocer la valentía de la madre al llevar a su hijo al teatro y al querer calmarlo en medio de su crisis.

Al final de la carta, el actor señala que está completamente en contra de las obras de teatro exclusivas para personas autistas porque estas deben ser para todos, sin discriminación alguna.

The King and I the Musical

En ocasiones nos olvidamos de que todos somos distintos y que debemos conducirnos con respeto los unos a los otros, sin juzgar a las personas por que corremos el riesgo de hacernos cada vez menos humanos.

Comparte con todos tus amigos. Recuperemos la humanidad y compasión que hemos olvidado.

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