Ante el asombro de los invitados, se desmayó intentando mantenerse en pie para llegar al altar

Las bodas tienen una magia especial cuando nos transmiten el amor y la alegría de la pareja que decide comprometerse a estar juntos para toda la vida. Esta sin duda, es una de esas celebraciones inolvidables porque la novia nos regala una valiosa lección.

Jessica Taylor fue diagnosticada hace once años con una enfermedad degenerativa conocida como encefalopatía miálgica, y como consecuencia tuvo que pasar el 95 por ciento de su tiempo en una silla de ruedas o acostada en su cama.

En medio de las adversidades de su enfermedad ella conoció el amor de Samuel Bearman, un deportista de 26 años de edad que se enamoró perdidamente de su valentía y resiliencia.

Tiempo después él le pidió matrimonio entregándole un anillo de diamantes y ella sintió que su sueño se había hecho realidad, tal como en un cuento de hadas.

Desde ese momento ella comenzó a asistir a intensas sesiones de fisioterapia porque estaba decidida a entrar caminando a la iglesia el día de su boda.

Fue muy difícil caminar hacia el altar, incluso se desmayó en más de una ocasión pero no estaba dispuesta a rendirse y asegura que su esfuerzo valió la pena.

La enfermedad de Jessica también se conoce como síndrome de fatiga crónica y puede afectar progresivamente al sistema inmunológico, el neurológico, el cardiovascular y el endocrino.

Se manifiesta causando fatiga severa, fiebre, sueño no reparador, intolerancia al sonido y a los cambios de temperatura.

También produce sensibilidad electromagnética, sensación de resfriado permanente, faringitis, pérdida de concentración y memoria, desorientación espacial, intolerancia al estrés emocional y a las actividades físicas.

A pesar de todas las dificultades Jessica no dejaba que su condición le empañara la felicidad de su gran día, y se mantenía firme en su decisión de dejar la silla de ruedas de lado.

Así que entró a la iglesia junto a su padre, ellos caminaron juntos al altar ante el asombro y conmoción de su prometido y de todos los presentes.

La hermosa pareja dijo el “sí, quiero” y se sintieron felices y orgullosos de haber logrado su sueño.

Jessica había desarrollado osteoporosis así que tuvo que esforzarse mucho para poder disfrutar el día más especial de su vida haciendo ejercicios y terapias sin descanso. ¡Es una luchadora!

No hay nada imposible cuando se tiene voluntad de salir adelante, paciencia y esperanza.

Sin duda alguna ese fue un día realmente especial para Jessica, Samuel y todos sus seres queridos.

Actualmente la pareja está planificando un crucero para disfrutar su luna de miel. Comparte con tus seres queridos esta inspiradora historia de amor y superación.

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