Intercambian por error a 2 perros en una peluquería y sus dueños lo descubren 2 años después

En ocasiones, las mascotas son una parte vulnerable de una familia. Fieles y amorosos, estos compañeros se encuentran en desventaja ante cualquier altercado por el simple hecho de no ser capaces de hablar y aunque ellos intenten comunicarse de otra forma muchas veces sus dueños no los entienden. De este modo parece haber ocurrido con un par de perros que fueron entregados por error a familias diferentes después de una visita a la peluquería. A pesar de las señales dadas por los animalitos, sus dueños no descubrieron la verdad sino dos años después.

A la izquierda, el Spoodle de nombre Coco y Rollo, el Labradoodle a la derecha.

Un Labradoodle de nombre Rollo y Coco,  un Spoodle pasaron dos años en las casas equivocadas después de que fueran cambiados en una peluquería de Melbourne, Australia. En el 2016, la familia Maclean llevó a su perro Rollo a la peluquería canina Petarazzi en Thornbury. Ese mismo día, Coco fue dejado en el mismo salón por su dueña María. Ambas mascotas fueron llevadas al lugar para recibir un baño y un corte de cabello. Se desconocen las circunstancias bajo las cuales se produjo el cambio, pero los animales fueron entregados a familias equivocadas.

Al  ir por Coco, la Sra. María recibió al labradoodle de nombre Rollo y Sarah Maclean recibió al Spoodle de nombre Coco, el lugar de recibir a su pero Rollo. La mujer consultó con el peluquero si esa era su mascota pues notaba algunas diferencias.

Sin embargo, el “profesional” insistió en que los cambios se debían al corte de cabello recibido y que era normal que lo viera un poco extraño. No muy segura del asunto, la mujer llevó al animal a casa.

«Siempre esperé que se viera un poco diferente cuando lo levanté, porque había pasado de un pelo largo a uno corto y estaba realmente perpleja. Le pregunté al peluquero ‘¿estás seguro de que este es nuestro perro?’ y él dijo ‘sí lo es», relató Sarah Maclean.

Al ir a casa, ambas familias notaron actitudes extrañas en los animales pero ninguna pudo pensar que las mascotas habían sido intercambiadas.

‘Me di cuenta de inmediato que algo andaba mal porque el perro no entró por la puerta a la cocina. Seguí llamándolo, pero él se quedó allí sentado durante una hora aproximadamente. Ni siquiera se movía, sólo se quedó mirándome fijamente», dijo María en el programa A Current Affair.

Desafortunadamente, en la casa Maclean el perro de María, Coco intercambiado por Rollo, enfermó. De hecho, el día del cambio el peluquero advirtió a la mujer sobre una desagradable infección que el animal tenía en su oído. Al recibir atención médica Sarah Maclean se enteró de que Rollo, quien realmente era Coco, tenía un tumor cerebral y decidieron sacrificarlo después de unas largas semanas sufriendo de convulsiones.

Debido a la enfermedad, la familia Maclean justificó algunos cambios del animal como el color de su nariz y su comportamiento distante para con la familia. El supuesto Rollo podía apenas mantenerse de pie y sus convulsiones de repetían con frecuencia. Por esa razón, la familia decidió parar su sufrimiento y ponerlo a dormir. De este modo, la inquietud por la identidad del animal pasó a un segundo plano.

La verdad sobre el intercambio de mascotas ha salido a la luz después de dos años. En vísperas de Año Nuevo, Coco escapó de la casa de María huyendo de los fuegos artificiales. Al ser encontrado por una cuadrilla local se pudo corroborar, gracias al microchip, que el animal no era realmente Coco y que María no era su dueña; sino que pertenecía a una familia que vivía a pocas cuadras de la residencia de María. En ese instante se contactó a la familia Maclean.

«Estaba estupefacta. Pensé, Rollo estaba muerto, había estado muerto por más de dos años», dijo Sarah Maclean.

Generosamente, los Maclean ofrecieron a María compartir a Rollo con ella. Sin embargo, la mujer rechazó la oferta y decidió entregar al animal a sus verdaderos dueños. Según ella misma contó, le parecía injusto que el animal siguiera sufriendo por estar separados de su verdadera familia así que decidió renunciar a él. Ahora, ambas familias le están exigiendo al salón canino una explicación por el grave error que impidió que María compartiera con Coco durante sus últimos días de vida. No obstante, el local no ha ofrecido ninguna explicación ni se ha disculpado al respecto.

Estos casos son muy extraños pero le pueden suceder a cualquiera. Comparte esta nota y alerta a tus amigos sobre la importancia de chequear bien a sus mascotas después de llevarlos al salón o al veterinario.

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