Un humilde niño de 9 años pasa horas en el suelo frente a su escuela para poder hacer sus deberes

La pandemia por el coronavirus ha hecho que las clases sean a través del uso de los recursos digitales, pero no todos los estudiantes cuentan con acceso a Internet. Y un niño en Estados Unidos conmovió a los usuarios de las redes sociales por lo que tiene que hacer para cumplir con sus estudios.

Jonathan Endecott es un niño de nueve años de edad que vive en la ciudad de Roswelll, en Nuevo México. Desde el mes de agosto la escuela donde estudia cuarto grado de primaria está realizando sus actividades a distancia mediante el uso de asignaciones en línea.

La familia del niño no cuenta con Internet en su casa, pero él está muy interesado y se ve en la necesidad de ir caminando hasta el edificio donde se encuentra ubicada su escuela, para poder hacer uso del wifi, y así participar en sus clases.

Como queda cerca de su casa, su madre Angel Endecott lo acompaña debido a que perdió sus dos trabajos por la pandemia.

“Siempre hemos vivido de cheque en cheque. Con la ayuda de Dios siempre hemos logrado obtener lo justo para vivir con lo que teníamos que pagar. Cuando el COVID-19 llegó.

Al principio no afectó mi empleo, hace unos 2 meses eso cambió. Perdí mi trabajo de pago semanal”, dijo la preocupada mujer.

Sabrina Talbott Harbour, una maestra de la institución educativa sintió mucha tristeza al verlo todos los días sentadito en el cemento afuera de su escuela con su ordenador portátil en una caja de cartón.

Y después de tomarle varias fotografías las compartió en sus redes sociales.

“Este joven no tiene Internet en su casa. Se ha estado levantando y caminando a la escuela todos los días para conectarse al WiFi de la escuela desde afuera. Se sienta allí todos los días de 8:00-02:45”, escribió Talbott Harbour.

Gracias a la publicación, una generosa usuaria se ofreció para costear el Internet de la familia durante todo un año, y la madre de Jonathan creó una cuenta de GoFundMe para conseguir recursos y poder cubrir sus necesidades.

Ahora el director de la escuela, la secretaria y algunos maestros se acercan todos los días a ver si necesita algo o en qué pueden prestarle ayuda.

«No puedo expresar lo suficiente mi agradecimiento por la ayuda que la comunidad ya nos ha brindado con nuestro Internet. También aceptaremos donaciones, como materiales para el baño o cualquier cosa en la que alguien quiera ayudar», agradeció la madre del esforzado estudiante.

Ahora Jonathan ya cuenta con el servicio de Internet en casa, y está entusiasmado con sus clases en línea con sus compañeros. La materia que más le encanta y disfruta es ciencias, y no se pierde ni un segundo las explicaciones que le dan sus maestros.

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