Graban el gesto de un niño autista con su compañera que padece la misma condición

Los niños autistas son angelitos enviados al mundo para enseñar a las demás personas lecciones de amor. Como lo hace un encantador niño en Brasil, que demuestra todos los días sus lindos y considerados sentimientos, hacia su mejor amiga. 

Vitor es un alegre niño que padece autismo desde su nacimiento, pero su familia ha hecho todo lo que está a su alcance para que pueda llevar una vida lo más normal posible. 

Por eso asiste responsable y puntualmente a su escuela, donde se reúne con sus compañeros. Pero entre todos ellos, tiene una conexión especial con una niña de nombre Pamela, que también es autista. 

Todos los días se encuentran en el cafetín de la escuela para almorzar juntos. El buen  compañero se encarga religiosamente de servir la comida a su amiga.

Es algo que hace cada día, el personal del comedor y todos los que presencian la escena, lo admiran por ser un excelente amigo.

El amable caballerito toma con sus manos los dos platos, y se dirige diligentemente a buscar los alimentos que va colocando con sumo cuidado. Hace unos días, en uno de tantos almuerzos alguien decidió grabarlo, y se podía ver el cariño con que el jovencito se esforzaba.  «¿Arroz?»preguntaba el curioso Vitor. 

Vitor pone mucho empeño en servir los platillos para su amiga

La maestra que los acompaña disfruta viendo la generosa acción del niño, y responde afirmativamente. De esa manera pone arroz, frijoles y carne en los dos platos, pero cuando va a colocar la ensalada, la maestra le recuerda que a su amiga Pamela no le agrada.

«A Pamela no le gusta la ensalada, ¿está bien Victor?», le dice la maestra.

Muy feliz y contento porque ha logrado alcanzar su objetivo, toma los platos en sus manitas para llevarlo a la mesa donde lo espera la niña. Si bien las maestras y el personal del colegio, les dejan explorar y desenvolverse por su propia cuenta, están muy pendientes de todos los niños para cuando necesiten algo de ayuda.  

“¿Puedes tomar los dos platos tú solo?”, pregunta la solícita maestra. 

Vitor responde que sí puede hacerlo; y con un gesto angelical que caracteriza a los niños autistas se dirige a la mesa. Pamela recibe sus alimentos e intenta tomar algo de comida con la mano, pero su amigo la reprende para que no lo haga, y le dice que use la cucharilla. 

Finalmente se sienta frente a ella y disfrutan de su comida juntos, es un lindo hábito que ha adquirido y los maestros miran con cariño la entrañable amistad y empatía que existe entre los dos.

“¡Eso es, Víctor! ¡Felicitaciones!exclaman los trabajadores de la cantina.  

El hermoso gesto el de Vitor, muestra el lado más humano de los niños autistas que tienen un corazón hermoso que desborda nobles sentimientos, igual que el de todos los niños.

Comparte esta hermosa historia con todos tus amigos y seres queridos, y aprendamos de Vitor, valores tan hermosos como la amistad y la solidaridad. 

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