Un ingeniero francés diseña un iglú para personas sin hogar y su iniciativa causa revuelo

Un ingeniero francés ha creado un iglú para que quienes viven en la calle se cobijen en las gélidas noches de invierno. Caben dos personas y es isotérmico: conserva el calor humano y la temperatura en el interior puede subir hasta 20º centígrados con respecto al exterior.

Las bajas temperaturas extremas han abandonado de nuevo sus zonas de confort este reciente invierno y han poblado buena parte de Europa. No es el primer año ni será el último.


En Francia, en concreto, las temperaturas se desplomaron unas cuantas veces y en París, para ser aún más exactos, 3.000 personas que, se calcula, viven en la calle se encontraron de pronto durmiendo no solo en ella, sino también bajo la nieve.

Desde hace bastante tiempo que se oye la misma retórica en toda Europa, que los servicios sociales están desbordados y que los alojamientos de emergencia no dan más de sí. Es reconfortante comprobar que donde no alcanza la iniciativa pública a veces surge con mucha creatividad la iniciativa privada.

Primero fue la idea de la asociación francesa CALM que busca la colaboración de voluntarios que reciban a refugiados en sus casas. Después llegó la otra propuesta de la asociación Quatorze de albergar a los refugiados en las denominadas «tiny houses» o casas enanas, casitas que debían instalarse en el jardín de una propiedad privada.

Hoy recibimos con regocijo la noticia de que un joven ingeniero francés ha invertido su tiempo en diseñar y crear un iglú; una especie de refugio de emergencia donde las personas sin domicilio puedan cobijarse en una helada noche de invierno. Es un espacio para una o dos personas.

El aislamiento del iglú conserva el calor humano y la temperatura en el interior puede subir hasta 20º respecto al exterior (para una pareja) o 15º respecto al exterior cuando dentro hay sólo una persona. El iglú se transporta, se monta y se desmonta muy fácil y rápidamente; el interior es ignífugo, el 95% es reciclable y el precio total asequible.

El creador de esta magnífica iniciativa se llama Geoffroy de Reynal, es un ingeniero especializado en energías renovables quien después de trabajar en Montenegro y en los Estados Unidos regresó a Francia.

De vuelta a casa se quedó tristemente sorprendido al comprobar la cantidad de personas que dormían en la calle, de noche, con frío y bajo la nieve. Así que de Reynal decidió poner sus conocimientos al servicio de aquellos que más lo necesitaban.

De Reynal comenzó creando un portal web llamado Iglou.fr y a través de él lanzó una campaña de crowdfunding en Ulule para poder fabricar 10 iglús y además para desarrollar nuevos modelos. Su objetivo era recolectar 5.000 euros.

El País / UrbanTecno

En cuatro días ya había alcanzado la meta prevista. Superó ampliamente sus expectativas: consiguió en total al final de la campaña reunir casi 18.000 euros y a finales de febrero pudieron ya distribuir los diez nuevos iglús a varias personas sin hogar en el Bosque de Vincennes (París).

Pudiera pensarse que diez personas no son muchas si tenemos en cuenta el total de tres mil afectados sólo en la ciudad de París, pero por algo se empieza. Ojalá la iniciativa de Reynal se extienda y prospere en la capital, por toda Francia y se exporte al resto del mundo.

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