El niño que fue abandonado por nacer sin ojos finalmente encuentra un hogar

Sabemos que los padres pueden estresarse más fácilmente con las exigencias a las que se enfrentan al traer al mundo un bebé con alguna discapacidad.

Por lo tanto, estos pequeños seres se encuentran bajo un riesgo mayor de sufrir de tratos injustos que los niños sin discapacidades, e incluso muchos son dejados a su suerte por los adultos que tratan de “evadir” el problema.

Muchas madres sienten que no están capacitadas para responsabilizarse por el cuidado de sus hijos con condiciones extraordinarias, tal es el caso de la progenitora de Sasha, ¿Te acuerdas de él? el bebé que nació sin ojos y a pesar de ello no dejaba de sonreír, un raro caso de tan solo tres que existen en el planeta.

El hecho ocurrió el pasado mes de abril en la ciudad de Tomsk, al sudoeste de Siberia, Rusia, a las puertas de un orfanato donde fue dejado el recién nacido después del parto, siendo posteriormente rescatado por una enfermera que lo cuidó como a su propio hijo.

Sasha tiene un nuevo nombre, fue bautizado como Alexander K

“No es diferente a los demás niños, juega y sonríe como cualquier bebé sano”, dijo.

Alexander K, nombre con el que fue bautizado el niño, necesitaba desesperadamente un hogar. Como se sabría posteriormente, la madre se enteró de la ceguera de su bebé cuando ya el embarazo estaba muy avanzado, por lo que, aterrada, tomó la decisión irrestricta de tenerlo e inmediatamente darlo en adopción.

Alexander tiene lo que se conoce como Síndrome de Anoftalmia SOX2, un término general que significa que uno o ambos ojos no se formaron al principio del embarazo. Por lo general, los anexos oculares están presentes: párpados, pestañas, conductos lagrimales, pero la órbita es de menor tamaño.

Sin embargo, aparte de dos quistes en la frente que le fueron extraídos, el pequeño Alexander K goza de muy buena salud. Es un niño alegre a quien, como a todos los niños, le encanta jugar y que lo mimen y consientan. No obstante, un caso atípico que sucede a uno de entre cada 250 mil neonatos.

“Le encanta jugar y le encanta nadar. Es un bebé muy alegre”, añadió la enfermera a su cuidado.

Lamentablemente, el pronóstico sigue siendo reservado y las esperanzas de que el pequeñito pueda ver algún día son escasas, por lo que le han sido implantados dos pequeños orbes oculares en las cuencas de los ojos para prevenir la deformación del rostro a medida que el niño vaya creciendo y desarrollándose.

En lo sucesivo, cada seis meses necesitará de una intervención quirúrgica para ir expandiendo el diámetro de los orbes. Lo cierto es que, al tratarse de una enfermedad muy rara, es poco lo que se conoce acerca de las causas que la originan, pero se sabe que la Anoftalmia resulta de un daño causado al ojo en desarrollo, al principio de la gestación.

Sin embargo, lo mejor de este caso es que su condición no le impidió a Alexander K ganarse el cariño de todos los que le han visto crecer feliz. Finalmente, encontró el calor del hogar que tanto necesitaba bajo el manto protector de una nueva familia que lo adora y describe como un bebé angelical, muy tranquilo y siempre con una sonrisa a flor de labios.

La familia que es de otra ciudad de Rusia, ha preferido guardar el anonimato. Pero ahora el encantador Alexander K cuenta con unos padres que conociendo todos los antecedentes, decidieron darle todo su amor y protección. Tiene también hermanas que juegan con él; y, por si fuera poco, una casa de playa para que nade a sus anchas como tanto le gusta.

Los hijos son el mayor tesoro que un padre o una madre pueden tener. No olvidemos que también los niños que nacen con alguna dificultad tienen el derecho superior a la vida, a ser cuidados, mantenidos, respetados y amados. Comparte esta buena noticia.

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