El emotivo momento en el que un joven autista se gradúa y recibe una ovación en silencio

Uno de los grandes retos de las sociedades actuales es la inclusión de personas con capacidades diferentes.

Dicha inclusión no debería ser solo en espacios laborales sino también en el campo académico y educativo, puesto que estas personas tienen mucho que aportarnos desde sus propias capacidades intelectuales y emocionales.

Jack Higgins es un joven del condado de Putnam, New York, que tiene algo que decirnos al respecto.

El joven Jack es una de las cientos de personas en el mundo que posee Trastorno del Espectro Autista (TEA). Aunque a estas personas les cuesta el proceso de socialización, es decir, relacionarse con los demás, comunicarse e incluso ser acompañados, tienen por el contrario grandes capacidades para los métodos y los hábitos, son perfeccionistas.

Todo sucedió en la Secundaria Carmel

Esta condición les impide modificar sustancialmente su día a día, cambiar sus rutinas; sin embargo, poseen un coeficiente intelectual igual o más elevado que las personas promedio sin ningún tipo de limitación.

Esta situación personal no le impidió a Jack graduarse recientemente puesto que, como hemos mencionado, no le limita intelectualmente. Sin embargo, una de las preocupaciones de su familia era que el evento de graduación podría causarle gran irritación y, más que una buena experiencia, podía experimentar un mal rato.

¡No se les pudo ocurrir mejor idea: realizar una ovación en silencio!

Graduation Ceremony

This graduation ceremony went silent so this student with autism and sensory issues could receive his diploma. https://gma.abc/2S6rkgN

Publiée par The View sur Mercredi 10 juillet 2019

Como Jack no tolera el ruido, dicho ambiente puede convertirse en un espacio en el que no puede estar. De modo que es inevitable preguntarse ¿Cómo poder afrontar un escenario de esa naturaleza en la que todos inevitablemente están celebrando ese gran día con risas, conversaciones y aplausos?

Lo que el emocionado Jack y su familia no esperaban era la solidaridad de todos en su escuela. Profesores, directivos y estudiantes decidieron apoyarlo de una manera inesperada.

Jack subió con los oídos tapados al escenario, esperando lo peor, por supuesto. Su sorpresa fue presenciar la reacción en silencio de sus familiares, conocidos, amigos y compañeros. Respetando su condición especial.

Esta gran idea vino de parte de una de sus profesoras Erin Apelle y el director de la institución, Lou Riolo, quienes tras ser interrogados por la preocupación de los padres de Jack idearon la solución de la ovación en silencio.

“Esa es la forma en que las personas con condiciones especiales pueden salir adelante. Cuando todos en su comunidad se unen para ayudarlos y apoyarlos en sus procesos de crecimiento y desarrollo”, dijo emocionado un internauta.

Gracias a la intervención de su familia, en común acuerdo con otros representantes de la institución y de la comunidad educativa, Jack pudo disfrutar tanto como sus compañeros de este momento tan importante en su vida.

Comparte esta hermosa historia entre tus familiares y amigos, para multiplicar esta ovación a todas las personas con TEA en el mundo.

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