El aumento de casos de ictus en pacientes jóvenes de coronavirus hace sonar todas las alarmas

Los efectos colaterales y a largo plazo para los pacientes que se han infectado de COVID-19, tras haberse recuperado, todavía permanecen siendo una incógnita.

El aumento de casos de ictus, en varios pacientes jóvenes de coronavirus, en los últimos días, ha llamado la atención de médicos y científicos, y ha encendido todas las alarmas.

Un síntoma clave es la alteración de factores de coagulación, lo que se traduce en embolias de pulmón y trombosis, como las que sufrió el diputado nacional de Vox, Javier Ortega-Smith. Por tal motivo tuvo que ser ingresado tras haberse recuperado de coronavirus.

Por su parte, una joven doctora de Las Palmas de Gran Canaria, Miriam Rodríguez, cuenta su propia experiencia:

«Fui positivo, tras ser negativo había algo que me decía que no estaba bien, soy sanitaria y me hice analíticas y salieron mal, al día siguiente me estaba viendo un cardiólogo, mi dimero (indicador de coagulación) estaba elevado, me tuvieron que anticoagular…Ahora controles y controles… No es sólo que se vaya el bicho, es la secuelas que deja«, relata asustada.

«Hemos empezado a detectar las embolias a otros sistemas, sobre todo el ictus», declara el doctor Marcos Llanero, jefe de servicio Neurología del Hospital Ruber Juan Bravo, de Madrid.

Un artículo publicado en la revista científica New England Journal of Medicine, el pasado 29 de abril, desarrollado por investigadores del prestigioso Hospital Mount Sinai, de Nueva York, refirió 5 casos de ictus de personas jóvenes con coronavirus y sin factores de riesgo.

“Queda por estudiar si esta relación es casual o el SARS-COV-2 incrementa la coagulación de la sangre e incrementa el riesgo de ictus”, asegura el Dr. Llanero.

La principal duda es durante cuánto tiempo altera el Covid la circulación y favorece la trombosis.

«Las trombosis suelen aparecer tras semanas de haber iniciado la infección o incluso en pacientes que han estado dados de alta. Incluso nos hemos encontrado a gente que viene con un ictus al hospital y, al realizarle el test PCR protocolario, da positivo en coronavirus», agrega Llanero.

El protocolo actual ahora ha cambiado y consiste en mantener con tratamientos anticoagulantes a todos los pacientes de coronavirus, pero no se sabe cuánto tiempo hay que mantenerlos así.

Si se llegase a comprobar la vinculación entre Covid y el riesgo de padecer ictus tras la recuperación de la enfermedad, los pacientes tendrían que seguir recibiendo el tratamiento durante meses.

Mientras que el neurólogo Adnan I. Qureshi, de la Universidad de Missouri Health Care, ha publicado más de 40 nuevas recomendaciones dirigidas a médicos, para tratar casos de accidentes cerebrovasculares en pacientes confirmados con COVID-19. Qureshi dirige un equipo de expertos de 18 países.

El equipo de investigación ha encontrado evidencias de que los jóvenes sin factores de riesgo previos para un ictus, están experimentando un accidente cerebrovascular isquémico con coágulos en las arterias del cerebro, presumiblemente relacionado con una infección por covid.

Según publica «Science daily», el inicio del promedio de accidente cerebrovascular en pacientes con coronavirus ocurrió 10 días después de la infección, pero en algunos casos, el ictus fue el síntoma inicial.

«Las personas pueden acudir al departamento de emergencias con accidente cerebrovascular, y esa puede ser la manifestación inicial de la infección por COVID-19», explica el neurólogo.

Las pautas solicitan a los sanitarios que traten a cualquier paciente con accidente cerebrovascular como sospechoso de coronaivrus.

Qureshi alienta a los pacientes con ictus y a sus familiares a recordar cualquier síntoma de tos seca, fiebre o dolor corporal antes del accidente cerebrovascular, lo que puede ayudar a los sanitarios a determinar si su afección está relacionada con una infección de coronavirus.

Si se confirma una infección por COVID-19 y otros órganos se han visto afectados, las directrices sugieren que una evaluación de insuficiencia orgánica secuencial (SOFA, por sus siglas en inglés), puede proporcionar un pronóstico general antes de determinar el tratamiento adecuado para el accidente cerebrovascular en pacientes con COVID-19.

Esta nueva manifestación del coronavirus en personas jóvenes no debe ser pasada por alto. Comparte esta importante información, detectar los síntomas a tiempo son la clave para un tratamiento adecuado y salvar una vida.

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