Dos niños emocionan a sus vecinos ofreciéndole un concierto a una señora aislada por el coronavirus

Es un hecho comprobado que la música despierta emociones y mueve masas, pero también tiene una misión importante en el ámbito de uno de los más altos valores humanos: la solidaridad. 

La música es un componente esencial en la educación de la persona, de hecho, una persona que tenga una educación musical, es capaz de desarrollar más fácilmente valores espirituales como el ser solidarios, ya que una simple armonía es capaz de sensibilizar y hacer reflexionar acerca de las causas del sufrimiento ajeno. 

Taran Tien, de 9 años, y su hermana, Calliope, de 6, viven en Columbus, Ohio, Estados Unidos y son un par de extraordinarias ejecutantes de cello y amantes de la música.  

Cuando los hermanos se enteraron de que su vecina y mejor amiga, Helena Schlam, de 78 años se encontraba aislada en su casa para protegerse de la pandemia de coronavirus, decidieron hacer valer su talento musical para ayudarla. 

Y es que, como no podía ser de otro modo, también Helena adora la música clásica, así que, ambos cellistas se vistieron para un concierto formal improvisado a cuatro manos en el jardín de la casa de la septuagenaria. 

La mujer insistió en que no necesitaba víveres ni insumos de ningún tipo para soportar la cuarentena mundial que se ha implementado.

Pero este bello gesto de las pequeñas emocionó a Helena de tal manera, que nos hace convencernos de la fuerza de la música, que es capaz de sensibilizar a los seres humanos para la creación de un mundo mejor.

Fue otra vecina, Jackie Borchardt quien captó la dulce serenata y la compartió en su cuenta de las redes sociales. 

 “Mi vecina mayor se aísla a sí misma. Entonces los niños vecinos le están tocando un concierto de violonchelo desde su patio”, escribió la dama.  

Durante 30 minutos, tocaron música que iba desde un minueto de Bach hasta “Go Tell Aunt Rhody”, una canción tradicional americana cuya melodía proviene de una ópera francesa del filósofo Jean-Jacques Rousseau titulada Le Devin du Village, de 1752. Nada mal el menú musical. 

Por su parte, la madre de los niños, Rebecca Tien, dijo estar orgullosa de sus hijos al ver cómo con un acto tan sencillo, cambiaban la realidad de toda una comunidad a través de la música, la mejor arma que tenemos para combatir las adversidades. 

Me encantó ver lo encantados que estaban todos. Fue uno de esos momentos en los que sientes que eres parte de algo increíble.

También fue una buena manera de recordar el valor de la conexión, especialmente en un momento como este, cuando todos se sienten desconectados”, aseguró.  

En medio de tantas noticias malas y problemas, la solidaridad sigue siendo un gran valor de nuestros semejantes. Solo desde la solidaridad una sociedad puede ir solucionando sus problemas y contradicciones. 

El mundo sufre una grave crisis, pero lo más importante es tener en cuenta que cuidarnos y protegernos del coronavirus es tarea de todos, por eso es importante tomar las medidas necesarias para prevenir su contagio. Y actos tan bellos como el de Taran Tien y Calliope nos enriquecen el alma y ayudan a creer en nuestra humanidad.

Comparte esta bella historia con tus seres queridos, familiares y amigos y recuerda que, en estos momentos, la mejor forma de ser solidarios es quedándonos en casa escuchando, como siempre, muy buena música. 

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