Indescriptibles son los sentimientos que albergan los corazones de los 46 millones de españoles, como los del mundo entero tras la dolorosa noticia de la precoz partida de Gabriel Cruz, después de su desaparición y posterior asesinato.
E incontables los interrogantes que quedan en torno a su caso, sobre todo lo relacionado con la terrible sangre fría con la que actuó la pareja de su padre, Ana Julia Quezada, única autora del crimen.
Un nuevo dato ha salido a la luz que nos estremece por completo y es un audio inédito sobre la última conversación que mantuvo la asesina minutos antes de que fuera detenida por la Guardia Civil cuando iba en su auto, llevando el cadáver del pequeño en el maletero.
En el coloquio inédito se puede escuchar a Quezada con los ánimos impasibles, con una aparente tranquilidad que pone los pelos de punta.
La asesina transportaba el cadáver del hijo de su pareja, el pequeño que 12 días atrás ella misma había vestido antes de que saliera del domicilio de su abuela paterna, pero ahora llevaba sus restos.
El audio revela el momento en que se dirige a su interlocutor del otro lado del teléfono diciéndole:
“Ahora no puedo hablar, que tengo aquí a la Guardia Civil”.
En medio del proceso de investigación y de reconstrucción de los hechos al que están al frente las autoridades, esta conversación de Ana Julia podría servir de mucho para poder dilucidar sus reacciones y sus comportamientos en momentos de crucial tensión como este.
La llamada telefónica procedía del periodista Manel Vilasero, de El Periódico, quien quiso localizar a Ángel, el padre de Gabriel, pero sorpresivamente respondió Ana Julia:
“Espérate, ahora no puedo hablar, que tengo aquí a la Guardia Civil y al final me van a parar“, dijo natural y tranquilamente la mujer al periodista instantes antes de que la Guardia Civil la encontrara con la evidencia en el maletero de su vehículo.
Es una conversación de lo más normal, donde el timbre de voz permanece impoluto, donde no hay ni la más mínima seña de preocupación, nervios o temblor, cuando sabía perfectamente el desenlace de aquel bloqueo del paso que ejercía la Guardia Civil.
Sabía que en cuestión de segundos descubrirían lo que llevaba… O quizás no, pensaría que era una revisión de rutina y tachándolos de cortos de mente, pensaría que podría burlar la ley, como lo ha había hecho hasta el momento de todos los que sin perder la esperanza, anhelaban el retorno del pequeño con vida.
¿Qué piensas de la aparente frialdad con la que esta mujer se enfrenta a esta llamada, minutos antes de ser detenida? Comparte tu opinión con tus amigos.