Así fue como esta joven recuperó su bicicleta robada aunque la policía se negó a ayudarla

Son muchos los valores que se han perdido en estos tiempos. El respeto a la propiedad ajena es uno de ellos. Los robos, hurtos siempre han existido, pero estos actos de mala fe han ido en ascenso.

Jenni Morton-Humphreys, de 30 años fue víctima de un robo cuando paseaba el fin de semana con su bicicleta, alguien desconocido cortó las cadenas y se la llevó.

Su sorpresa fue mayor cuando el día siguiente un amigo ciclista enojado por lo que había pasado la contactó para comentarle que encontró por Facebook que alguien estaba ofreciendo su bicicleta para la venta.

Llena de indignación y coraje, esta mujer sin dudar empezó a planear la manera de recuperar su bicicleta.

Quería saber quién era el ladrón que se había atrevido a quitarle algo de su propiedad y con total descaro publicar la fotografía para venderla.

Ella planificó hacerle creer a este sujeto que estaba interesada en ese artículo y que sería la compradora final del mismo. Estaba preocupada porque si no actuaba con rapidez su bicicleta podía ser vendida.

El amigo ciclista se puso en contacto con el vendedor diciendo que su hermana estaba interesada en comprar una bicicleta y quería mirarla.

Finalmente llegaron a una esquina de Stapleton Road, Easton, una de las calles más peligrosas de Gran Bretaña.

Jenni llamó a la policía y les informó lo cuáles eran sus planes, pero recibió una respuesta que la desanimó. Ellos le advirtieron que la situación podía ser peligrosa y no la ayudaron.

Un amigo la acompañó, pero se separó de ella para que el ladrón no supiera que estaban juntos. En el mismo instante que Jenni vio la bicicleta, supo que era la suya.

Fingió estar interesada y empezó hacer preguntas simples sobre la bicicleta. Le propuso al sujeto ajustar el asiento para probarla.

Se aseguró de no tener ninguna posesión en sus manos, solo cargaba cigarrillos y un juego de llaves. Entonces le dijo al vendedor que le sostuviera las cosas para subirse a la bicicleta.

Tambaleó un poco y enseguida empezó a pedalear lo más rápido que pudo. Alcanzó a escuchar que alguien gritó que ella no regresaría.

Jenni comentó que mientras pedaleaba no miraba hacia atrás, no sabía si la estaban siguiendo o no, su único pensamiento estaba enfocado en que no sabía con exactitud donde estaba y tenía temor de dar una vuelta y caer en el mismo lugar.

Afortunadamente, desembocó en una rotonda y pudo encontrar cómo regresar al centro de la cuidad. Esto le generó tranquilidad y calma. El vendedor comenzó a enviar mensajes de texto al supuesto hermano de Jenni, para decirle que necesitaba 43 dólares de inmediato.

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Una amiga de Jenni que prefirió quedar en el anonimato le respondió a este ladrón que probablemente ella se fue a casa directamente porque esa era la bicicleta que le habían robado el día anterior.

Jenni comentó que durante la noche ellos habían arreglado algunos detalles de la bicicleta, entre ellos la luz delantera.

Aunque lo más recomendable es contar con la participación de los cuerpos policiales, realmente esto fue una lección para los ladrones, tomaron una cuchara de su propia medicina. ¡Comparte esta historia!

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