«Ahora no tengo nada» – El duro testimonio de una anciana que pasa las 24 horas sola en un banco

La tercera edad puede llegar a convertirse en una de las etapas más difíciles para muchas personas. Después de pasar años dedicados a su familia y al trabajo, son muchos los casos en donde las ancianos se ven obligados a pasar sus días completamente solos y sin contar con las visitas de sus seres queridos.

Esto puede convertirse en algo fatal que comienza a afectar seriamente su estado de salud.

“Son tantas horas de estar encerrada en casa que la soledad te come. Antes tenía mi vida pero ahora no tengo nada”.

Un ejemplo de esto es Mercedes, una anciana que ha inspirado al escultor español Rubén Orozco en su más reciente obra. En un banco de el Arenal los transeúntes se sorprenden con la estatua hiperrealista que emula perfectamente a la dulce abuela que se ha quedado completamente sola.

Mercedes acaba de cumplir 89 años de edad.

Mercedes, igual que la estatua, pasa horas allí e intenta cruzar palabra con alguien amable que se cruce en su camino. Sus hijos han seguido adelante sin visitarla muy a menudo. La soledad la afecta cada vez más pero se niega a ir a un ancianato. Quiere pasar sus días en su propia casa.

 “Nunca me casé y los hijos, por lo visto… A veces pienso que es hasta mejor no haberlos tenido”.

La idea de esta impactante obra es crear conciencia sobre la terrible soledad que afecta a miles de ancianos en todo el mundo. Se trata de algo cada vez más común ya que sus familias se quedan inmersas en sus trabajos, en sus hijos y se olvidan por completo de ellos.

Las estadísticas indican que más de 2 millones de personas mayores de 65 años viven en completa soledad en España.

Muchos podrían creer que se trata de algo inofensivo, pero tanta soledad comienza a afectar la vida de estos pobres ancianos y los hace sumirse en una profunda tristeza.

Hay días en los que no intercambio una sola palabra con nadie de la mañana a la noche. Es lo más terrible que te puedes imaginar”.

Es hora de crear conciencia sobre la situación de estos abuelos y tomar cartas en el asunto. Nadie merece pasar sus últimos años rodeado de álbumes familiares pero sin contar con el abrazo de alguien.

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