A pesar de la pandemia, un paramédico cumple los últimos deseos de pacientes terminales

Kees Veldoboer es un dedicado paramédico retirado pero que nunca ha dejado de ayudar a los demás. A lo largo de todos sus años de experiencia, Kees aprendió la importancia de ayudar a quienes se encuentran en un delicado estado de salud.

Kees tiene actualmente 60 años de edad.

Los traslados que más lo conmovían eran los de aquellas personas que no sabían con certeza si lograrían sobrevivir y no hacían más que desear pasar un último momento con sus seres queridos o en un lugar muy especial para ellos.

Kees vive en la ciudad de Rotterdam en Holanda.

Fue entonces cuando Kees tuvo la idea y fundó dos organizaciones: Stichting Ambulance Wens y Ambulance Wish Foundation.

Ahora, se encarga de contactar a pacientes terminales para ayudarlos a cumplir su último deseo. Utilizan ambulancias que están especialmente diseñadas para poder trasladar a personas con cualquier tipo de asistencia médica.

Hasta ahora las fundaciones han cumplido los deseos de más de 14 mil pacientes terminales.

Ahora, durante la crisis que ha significado el coronavirus para el mundo entero, Kees está trabajando más que nunca. En Holanda la cuarentena es parcial y sólo se mantienen cerrados del todo los locales que requieren contacto directo como las barberías y peluquerías.

Kees lleva 13 años trabajando para hacer realidad los últimos deseos de sus pacientes.

La mayoría opta por permanecer en casa pero tienen la posibilidad de salir siempre y cuando practiquen el distanciamiento social. Gracias a estas normas, Kees ha logrado continuar ayudando a muchos pacientes que saben que no lograran sobrevivir al COVID-19.

“Podemos ir a lugares abiertos, jardines, zoológicos o parques. Muchos quieren ver el mar. Estamos siendo muy cuidadosos y afortunadamente podemos continuar con nuestro trabajo”, explicó Kees.

Como es de esperar, Kees y todos los empleados de la fundación se aseguran de utilizar máscaras de seguridad y de evitar las aglomeraciones para cumplir con su trabajo de la manera más segura posible.

Son tiempos difíciles pero su labor se ha vuelto más importante que nunca ya que muchos desean la oportunidad de ver a su mascota una vez más antes de partir o de observar un hermoso campo de tulipanes.

“Sólo hay una o dos personas acompañando al paciente y nos aseguramos de ir a lugares sin aglomeraciones. Queremos seguir ayudando a que se cumplan sus últimos deseos”, asegura Kees.

La labor de Kees resulta verdaderamente especial y conmovedora, especialmente en medio de una crisis tan difícil en donde muchos no cuentan con la oportunidad de despedirse de sus seres queridos.

Gracias a estos pequeños deseos, las personas logran partir mucho más felices. Compartamos el inspirador trabajo que realiza esta fundación.

Te recomendamos