A los 18 años lucha por su vida después de vencer el cáncer – «No tiene sentido estar afligido»

Rosie Rickards, de 18 años, de Hampshire, fue diagnosticada con un tumor cerebral conocido como un carcinoma de plexo coroideo cuando tenía 11 años en el 2013.

Cinco años después el carcinoma regresó, y el tumor comenzó a crecer nuevamente durante el confinamiento del coronavirus.

A sus 11 años fue sometida a una operación de 10 horas para extirpar el tumor y así minimizar la posibilidad de que la enfermedad regresara, desde entonces, ha recibido varias sesiones de radioterapia.

Actualmente, espera el resultado de una resonancia magnética para conocer el tamaño real del tumor que podría dejarla paralizada si sigue creciendo.

Rosie fue diagnosticada tras sentir fuertes dolores de cabeza y necesidad de dormir todo el día. También miraba al lugar equivocado mientras hablaba cosas sin sentido y después no recordaba lo que había dicho.

Rosie visitó a su médico de cabecera, quien le dijo en diferentes ocasiones que sufría de migrañas y que los dolores de cabeza eran hormonales por la pubertad.

Finalmente, el médico derivó a Rosie a un especialista, pero antes de que llegara el día de su cita los síntomas empeoraron dramáticamente y terminó ingresada en el hospital de Frimley Park.

«Estaba muy cansada y seguía desmayándome, así que mi padre me llevó a urgencias», dijo Rosie.

La resonancia magnética reveló la existencia del tumor.

“Simplemente me dijeron que tenía un nudo en la cabeza. A los 11 años no sabía que significaba la palabra tumor, así que pensé que lo sacarían y estaría bien”, añadió Rosie.

Su madre Claire, de 43 años, quien está separada del padre de Rosie, dijo que la parte más terrible de esta experiencia fue cuando llevaron a su hija al quirófano, pero para Rosi lo más difícil fue perder la vista.

«No sabíamos si la volveríamos a ver», dijo Clarie.

Aunque el tumor fue extirpado, no pudieron salvar la vista de su ojo izquierdo. Ahora tiene algo de visión en el ojo derecho, pero no es suficiente como para poder conducir o leer un libro.

Después de la operación, Rosie recibió sesiones de quimioterapia y radioterapia para tratar de destruir la mayor cantidad de células cancerosas.

Rosie pensó que se había curado con el tratamiento, pero 5 años después comenzó a tener síntomas extraños una vez más.

“No podía mover los dedos de mi mano izquierda, caminaba y me tropezaba con la gente. Fuimos al hospital de Winchester, recuerdo que este médico me preguntó si podía caminar hasta ese sofá, y yo le dije que no”, dijo Rosie.

Claire agregó que a su hija le habían hecho un escáner cerebral un par de meses antes, sospechaba que podía tener un tumor espinal.

“Seguí llamando al hospital insistiendo en que algo andaba mal, pero ellos dijeron que no, y aseguraban que todo estaba bien, pero como madre no dejé de insistir”, dijo Clarie.

Finalmente, Rosie fue trasladada de urgencia, y una resonancia magnética reveló que su madre tenía razón, su hija tenía un tumor espinal del mismo tipo que había tenido en su cerebro.

Creen que las células cancerosas viajaron desde su cerebro a través de su líquido cefalorraquídeo.

“No podía creer que estuviera sucediendo de nuevo», dijo Clarie.

El segundo diagnóstico fue realmente difícil, pero pensó que ya lo había pasado antes, y sabía qué esperar. Lo enfrentó con un optimismo y valentía admirables.

“No tiene sentido estar deprimido porque de lo contrario estaría llorando todo el día«, dijo Rosie.

Un nuevo fármaco y la quimioterapia redujeron su tumor, pero sus riñones se vieron afectados y tuvo que dejar de tomar el medicamento.

El tratamiento fue suficiente para estabilizar el tumor hasta mayo durante las medidas de confinamiento. Gran parte de la familia de la joven vive a unos 200 kilómetros de Andover y en esa dramática situación no podían compartir juntos para apoyarse.

«Solo quieres un abrazo y no puedes tenerlo», dijo Clarie.

En junio, Rosie recibió 15 sesiones de radioterapia para tratar de reducir el tumor, y ahora esperan ansiosamente una resonancia para saber si el tumor continúa creciendo porque podría dejarla paralizada.

Afortunadamente Rosie se mantiene una actitud muy optimista y a través de su experiencia se ha convertido en una inspiración para muchas personas. Compártela.

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