Una madre se reencuentra con su hijo a quien no había podido abrazar desde hace 11 años

A veces la vida nos presenta obstáculos que parecen imposibles de superar, pruebas a las que debemos hacer frente en el momento menos esperado. En situaciones trágicas, a menudo reaccionamos negativamente, dándolo todo por perdido.

Pero la esperanza es lo último que se pierde, y esta fue la única frase que acompañó a Mónica de La Cruz durante 11 años de incesante búsqueda de su hijo desaparecido, hasta que hoy, finalmente, el milagroso reencuentro de madre e hijo ha sido noticia y tocado los corazones de los residentes de Guanajuato, en México.

Después de 11 años sin saber de su hijo Juan Carlos, su madre pudo reencontrarse finalmente con él y decirle tantas cosas que habían quedado sin ser escuchadas en más de una década de distancia.

“Al ver a mi hijo por primera vez en tanto tiempo, ya convertido en un hombre, me derramé en llanto y solo quise correr a abrazarlo y decirle cuánto lo extrañé”, dijo Mónica, emocionada.

La historia de la desaparición de Juan Carlos Nicolás de la Cruz, quien ahora tiene 33 años de edad, es consecuencia de un trastorno de esquizofrenia, una enfermedad que afecta la manera como alguien siente, piensa y actúa y que fue diagnosticada al joven hace años.

Un día, Juan Carlos salió de su casa y más nunca regresó. Ni su familia ni sus conocidos volvieron a saber de él.

Así, Mónica se dedicó a luchar durante 11 años para dar con el paradero de su querido hijo sin resultados positivos, pero gracias a su fe inquebrantable y su actitud positiva el ansiado día llegó cuando el joven fue encontrado en el centro de rehabilitación “Una luz en el camino”, en Mazatlán, Sinaloa, a donde llegó buscando un plato de comida, después de pasar varios días viviendo en las calles.

Entre lágrimas de felicidad la madre de Juan Carlos señaló que ella nunca se dio por vencida y alentó a las personas que atraviesan una situación similar a no perder la fe.

“No pierdan la fe de buscar a su hijo, van a ver cómo Dios puede hacer un milagro grande, no pierdan la esperanza”, pidió Mónica a todas las madres.

Se logró ubicar al joven gracias a la colaboración de Juan Carlos Saavedra, director de la Comisión Estatal de Búsqueda y Comisión de Prevención, Tratamiento y Control de las Adicciones (CEPTCA), quien se reunió con personal del centro de rehabilitación, quienes le informaron que, desde hace 11 años, el hombre de 33 años ha permanecido en la institución, rescatado de su situación de calle.

Afortunadamente todos estos años de dolor y angustia tuvieron un final feliz y la familia De la Cruz ha vuelto a sonreír, de nuevo está completa, y sus padres pudieron abrazar finalmente a Juan Carlos y decirle cuánto lo extrañaron.

Tener esperanza no es sinónimo de ser feliz, pero es lo que sentimos cuando pensamos que la vida vale la pena de ser vivida, es decir, ni la felicidad ni la ilusión ni el optimismo pueden sobrevivir sin la esperanza.

Comparte esta hermosa historia de reencuentros y fe en el porvenir con tus amistades, familiares y seres queridos.

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