La lucha contra el cáncer es algo verdaderamente difícil. Una vez que alguien recibe el diagnóstico su vida da un giro enorme y el futuro se vuelve incierto.
En el año 2016, Vici Rigby comenzó a sentir extraños síntomas y supo que algo no andaba bien. Acudió al hospital y se realizó una serie de exámenes que concluyeron en algo aterrador. La dedicada madre sufría de cáncer.
El cáncer de Vici era colorrectal en estadio cuatro.
Se trataba de un caso muy avanzado pero todavía había una noticia mucho peor por llegar. Vici se preparó para el tratamiento y se decidió a dar lo mejor de sí para su familia. Por desgracia, la salud de su hijo también comenzó a decaer.
La familia vive en la ciudad de Worcestershire en el Reino Unido.
Jamás imaginaron que dos miembros de la familia tuvieran que pasar a la vez por problemas de salud tan delicados, pero eso fue precisamente lo que sucedió. El pequeño George fue diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda. Todavía estaba en una etapa primeriza pero parecía expandirse y crecer a una gran velocidad.
“Escuchar que mi hijo tenía esta terrible enfermedad fue devastador”, recuerda Vici.
Desde entonces, comenzaron los años más difíciles para la familia. Madre e hijo compartieron incontables jornadas en los hospitales. Recibieron cirugías, quimioterapias y radioterapias, fueron 4 años entre ingresos y visitas hospitalarias.
Había momentos muy duros en donde Vici perdía toda esperanza pero sabía que debía mantener la mejor de las sonrisas para apoyar al pequeño George en medio de algo tan doloroso.
George recibió el diagnóstico con apenas 3 años de edad.
Después de 4 largos años, finalmente pueden celebrar la victoria. Madre e hijo se encuentran completamente libres de cáncer y cuando George terminó su último sesión de quimioterapia tocó la campana para festejar que estaba fuera de peligro. Era un momento doblemente conmovedor para la familia.
“Son unos verdaderos guerreros. Merecen disfrutan de su vida y recuperar todo el tiempo perdido”, celebró un usuario en las redes.
Pocas veces se ve que dos personas en una misma casa tienen que pasar por una situación tan demoledora. Afortunadamente, ellos lograron enfrentar este arduo panorama con una maravillosa actitud y ahora podrán continuar con su vida.
“Estamos encantados. Fue mucho para ellos pero es maravilloso ver que algo tan horrible termina de manera positiva”, celebró Bernice Kent, una de las enfermeras que cuidó al pequeño.