Si alguna vez has asistido a un gran festival de música, probablemente estás familiarizado con la frustración que significa no poder llevar contigo tus propias bebidas.
En cambio, te obligan a comprar a unas cervezas excesivamente costosas que ni siquiera te gustan.
Esto es algo que Alex, un astuto joven estadounidense, no estuvo dispuesto a soportar. Así, cuando aún faltaban 3 semanas para el inicio del Electric Zoo 2017, un festival de música electrónica que se lleva a cabo anualmente en Randall’s Island, New York, Alex y sus amigos decidieron hacer una rápida visita al lugar donde se celebraría el gran evento y enterrar un valioso tesoro para buscarlo luego… en el momento indicado.
«El tesoro escondido del festival»
Claro que no se trataba de oro o piedras preciosas, lo que Alex y sus secuaces enterraron fue una botella de vidrio repleta de vodka. Una misión inspirada por las historias de piratas, de las cuales Alex se confiesa un gran fan, y que requirió de mucha organización y buen humor.
«He estado asistiendo al Electric Zoo desde hace ya 4 años, así que conozco muy bien el terreno», explica Alex. «Planear el entierro fue fácil. Cuando escondimos la botella usamos Google Maps para marcar el lugar exacto en el GPS… Luego solo esperamos»
No obstante, una vez en el festival no todo fue tan sencillo como creyeron a primera instancia. Enterrar el vodka fue pan comido, el verdadero problema resultó excavar sin llamar la atención de las autoridades del festival. Además, debían sortear las cámaras de seguridad.
«Fue toda una aventura, pero al final lo logramos», comenta Alex. «La parte más difícil fue tratar de no levantar ninguna sospecha, pues habían cámaras y personal de seguridad en todos lados».
«Una vez allí, rodeamos el punto que nos indicaba el GPS. Tuve que verificar varias veces que estábamos en el lugar correcto antes de desenterrar el vodka y luego procedimos a cavar».
10 minutos después, Alex y sus 5 amigos tenían en sus manos una maravillosa botella de vodka para disfrutar al ritmo de la música.
Orgulloso de su hazaña, Alex publicó las fotografías de la exitosa operación pirata en sus redes. El ingenio de este chico y sus amigos causó revuelo en la web y su post rápidamente se hizo viral.
Actualmente, este fanático del Electric Zoo (y del vodka) está trabajando en un libro donde pretende contar todos sus secretos para tener la mejor experiencia en conciertos y festivales.
¡Bien por Alex y sus amigos! Esperemos que sean igual de astutos fuera de los festivales. No dejes de compartir esta noticia con todos tus amigos, quizá les pueda servir de inspiración.