Un humilde abuelito que trabaja en la calle para sobrevivir celebra con baile que fue vacunado

La llegada de la vacuna contra el COVID-19 ha sido de gran alegría para todos, especialmente para el sector de riesgo representado por los adultos mayores. Y en México un abuelito no pudo contener su emoción al ser vacunado, lo que hizo para demostrar su felicidad se ganó los aplausos de muchos usuarios de las redes sociales.

Ignacio García Dávila, a quien sus amigos conocen como Nacho, es un hombre de 67 años de edad que vive en la Ciudad de México, se ha dedicado toda su vida, hasta hace dos años, a la venta ambulante de periódicos.

Su infancia la pasó en la calle de Bucareli donde se encuentra el asiento de dos de los periódicos más reconocidos en el país: El Universal y El Gráfico.

Prácticamente creció entre los folios de noticias y en su juventud, en los años sesenta, llegó a formar parte de la Unión Nacional de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México AC, que nació por la iniciativa de la Casa del Voceador. De esos tiempos son muchas las anécdotas que ha acumulado.

«Crecí leyendo la historia de México y me tocó ser correteado por vender periódicos, lo que era un atentado a la libertad de expresión”, dijo el otrora pregonero.

Pero ya Nacho no vende periódicos, antes de la pandemia se dedicaba a vender otras cosas que va colectando de aquí y de allá, actividad que se ha visto afectada por las restricciones propias del momento que se está viviendo, nadie como él quiere que ya se supere este duro trance.

“Ahora me dicen Pepe, porque pepeno cartón, botellas y aluminio».

Cuando supo de la posibilidad de una vacuna se emocionó y solo deseaba que llegara el día de ponérsela, se podía ver la posibilidad de una luz al final de túnel.

Y cuando le tocó su turno no cabía en su felicidad, asistió muy temprano al lugar de vacunación en el municipio de Huixquilucan y por fin recibió su vacuna. Estaba tan alegre que comenzó a bailar al ritmo del “Mambo número 8”, ejecutado por un grupo que fue contratado para amenizar el proceso.

“La vacuna no me dolió, me duelen más las injusticias, no tengo dinero, pero soy feliz”, afirmó el bailarín voceador.

Un video fue grabado donde se veía Ignacio mover su cuerpo con mucha gracia y energía a pesar de su edad, y al fondo la conocida canción del músico y compositor Dámaso Pérez Prado.

El hombre ha aprendido a ser feliz con las cosas más simples de la vida y a valorar cada bendición que recibe, y la vacuna contra el COVID-19 sin duda lo es.

Comparte esta divertida historia con todos tus amigos para sacar una sonrisa de sus rostros. No hay mejor alegría que la salud, y las vacunas contra el coronavirus representan una esperanza en este duro momento que vivimos.

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