Ríos de personas se dirigieron este martes desde primera hora de la mañana hacia la Catedral de La Encarnación de Almería, donde se celebraría el funeral por Gabriel Cruz, cuyo asesinato ha destrozado al país entero y han sido innumerables las muestras de apoyo y solidaridad a los padres, que lloran su injusta partida.
Patricia Ramírez y Ángel Cruz, padres de Gabriel, presos del dolor pero con una inquebrantable paz han ingresado en la Catedral detrás del pequeño féretro blanco que portaba el cuerpo de su niño, cuando faltaban poco minutos para dar inicio a la ceremonia religiosa.
Apenas llegó el cortejo fúnebre, masas de gente aplaudían para rendir homenaje al pequeño que mantuvo en vilo a toda la nación, y darle así su último adiós, junto a la familia que agradece las muestras de cariño de Almería, de España y del mundo entero.
Al grito de «todos somos Gabriel» quisieron transmitir a los padres que no están solos.
Al oficio religioso asistió la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, acompañada del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, en representación del Gobierno, quienes fueron recibidos con un aplauso cerrado por parte de los asistentes, que llenaron la Catedral y la plaza.
Un gesto que ha cautivado a los asistentes ha sido que la madre decidió desprenderse de la icónica bufanda azul, de propiedad del pequeño, que había portado en todas sus comparecencias en público durante los 12 días de búsqueda de Gabriel.
Y lo hizo para regalársela a Zoido, en una muestra de agradecimiento por toda su gestión y el despliegue de fuerzas empleadas en la búsqueda del pequeño.
Los asistentes vieron cómo Zoido ingresaba a la Catedral con la bufanda de Gabriel en su mano, visiblemente emocionado y agradecido con la madre por el gesto.
La misa ha sido presidida por el Obispo de la Diócesis de Almería, monseñor Adolfo González Montes, que ha dirigido unas sentidas palabras a los asistentes, lamentando las «mentes enfermas» que cobran la vida de inocentes.
Especialmente dolorosa ha sido la llegada de algunos familiares, sin poder contener las lágrimas al acompañar al pequeño féretro, que era depositado sobre una mesa con un mantel blanco preparado para ello, frente al altar.
Otro momento especialmente emotivo fue la llegada de la comitiva de la Guardia Civil junto con la de la Policía Nacional, los responsables de todo el operativo de búsqueda y la captura de Ana Julia Quezada, la detenida por el crimen del pequeño y pareja del padre de Gabriel. Los recibieron con un sonoro y cerrado aplauso, en señal de gratitud a estos héroes.
Finalmente, la madre se ha acercado al cordón donde se agolpaban las cámaras para agradecer las muestras de solidaridad recibida:
«Mi niño ha ganado. Sabemos que está en el Cielo, jugando con sus pececitos y la bruja ya no existe. Sacadla de las cabezas. Pido a todo el mundo en nombre de Gabriel que hoy ponga Girasoles [la canción de Rozalén que le gustaba a Gabriel]. La bruja ya está donde tiene que estar».
Todos los elogios que podamos dirigir a la madre de Gabriel son pocos. Sin un atisbo de rencor en su corazón, despidió a su pequeño con un claro mensaje de perdón y misericordia. Esperemos que no haya más padres que tengan que atravesar por este amargo calvario, no se lo merecen.
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