Tras un accidente laboral debe elegir entre perder la mitad de su cuerpo o sobrevivir

Las condiciones laborales se dan por sentadas cuando se trata de accidentes de montacargas. Sin embargo, se ha demostrado que los empleadores pueden esforzarse en crear áreas de trabajo más idóneas y asegurarse de que solo personal calificado pueda trabajar y operar con dicha maquinaria.

En septiembre del pasado año 2019, Loren Schauers, de 19 años de edad, conducía una carretilla a través de un puente cuando esta se volteó y cayó más de 15 metros al vacío, inmovilizándolo debajo del vehículo de casi cuatro toneladas de peso.

El accidente ocurrió en Great Falls, Montana, Estados Unidos, cuando el joven tuvo que moverse hacia el borde de un puente por otros automóviles que pasaban a su lado. A pesar del trágico suceso, Schauers estuvo consciente todo el tiempo.

Intentó saltar del montacargas mientras caía, pero su pierna quedó inmovilizada por el cinturón de seguridad. Podía ver su brazo derecho aplastado mientras la mitad inferior de su humanidad permanecía atrapada debajo del vehículo.

De inmediato, fue trasladado a urgencias donde se le practicó una hemicorperectomía, es decir, perdió todo su cuerpo de la cintura hacia abajo. Era la única manera de salvarle la vida.

Lejos de darse por vencido y haciendo gala de una gran gallardía y amor por la vida, Loren aceptó resignado someterse a la operación. Decidió que le amputaran la mitad de su cuerpo y seguir viviendo.

Por su parte, su novia, quien al momento del accidente tenía 21 años de edad, recibió aterrada la devastadora noticia de que no sobreviviría y se despidió de él en seis oportunidades.

Los médicos se dieron cuenta de que su pelvis estaba demasiado herida. También intentaron salvar su esperma para que pudiera tener hijos en el futuro, pero esto tampoco fue viable.

Sin embargo, la pareja no se rindió y afianzó hasta el límite sus lazos de amor. Habían pasado juntos 18 felices meses de noviazgo, de modo que el accidente los acercó todavía más.

“No fue una decisión difícil que me amputaran la mitad de mi cuerpo; básicamente fue una elección entre vivir o morir. Con Sabia asegurándose de estar a mi lado sin importar qué y toda mi familia cercana a mi alrededor, ¡realmente fue más fácil para mí!”, dijo Loren.

Pasaban largas noches conversando, sintiendo, llorando juntos, sobre todo durante el primer mes de convalecencia de Loren en el hospital. Según cuenta Sabia, su primera despedida fue antes de la cirugía y fue la más sentida.

“La primera vez que nos despedimos fue antes de su cirugía, pero todavía tenía la intubación puesta, así que nos estábamos escribiendo porque no podía hablar. La noche previa escribió: ‘Te amo’ en una hoja de papel, ya que podría haber sido nuestra última noche juntos. Todavía hoy guardo aquella hoja de papel”, aseguró la mujer.

Por un giro del destino, su salud comenzó a mejorar drásticamente. Los médicos proyectaron unos 18 meses de estadía en el hospital, pero milagrosamente salió después de tres, con cuatro semanas en rehabilitación, antes de recibir el alta.

Recibió una compensación en metálico. Dice que quiere ser un motivador a través de una plataforma que ofrece servicios de transmisión de videos en vivo.

A principios de este año, Loren finalmente le propuso al amor de su vida que fuera su esposa. Sabia le dio el “Sí quiero”, llena de emoción. Planean casarse en su aniversario, el 17 de julio, en 2021 o 2022.

Comparte esta historia de amor y resiliencia con tus seres queridos. Todos debemos emular a este joven valiente. Apreciar la vida al máximo con lo poco o lo mucho que se tiene.

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