Tras años de incertidumbre, descubrió que su extraña adicción era la causa de sus lesiones

El bienestar corporal y emocional van de la mano para lograr que una persona pueda tener una vida saludable. La historia de Juli-Anne Coward, una mujer de 50 años de Leominster, Herefordshire es uno de los casos en donde el equilibrio entre la salud física, la mente y el espíritu se quebrantó.

Juli reconoció su adicción a las cremas con esteroides, hasta tal punto de llevar su vida al borde de un abismo que casi no logró superar. La piel de esta mujer ha sido la muestra del grave alcance que ha tenido esta dependencia.

El uso indebido e inescrupuloso de este tipo de cremas le ha dejado la piel a esta mujer como si se tratara de una agresión por fuertes quemaduras, incluso ha presentado episodios donde no podía colocarse ropa alguna a causa del profundo dolor. El daño severo de su piel que se aprecia a simple vista.

Juli ha estado durante décadas luchando contra la extirpación tópica de esteroides que le ha causado graves brotes de piel agrietada.

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Ella recibió por primera vez este tipo de crema sobre su piel cuando era una bebé. Su adicción a este producto llegó a un punto extremadamente crítico.

Su cuerpo estuvo cubierto de parches por las graves heridas que eran similares a las ocasionadas por fuertes quemaduras. Gran parte de su cuerpo tenía furúnculos y ausencia de piel.

Afortunadamente ella ha tenido la valentía de abandonar esta adicción y se recupera lenta y progresivamente.

La adicción a las cremas con esteroides se origina por su uso para tratar afecciones como el eccema o dermatitis. Esta condición provoca ardor, piel roja, picazón durante y después del tratamiento con este tipo de medicamentos.

Los pacientes desarrollan una tolerancia a esta condición que cada vez es mayor y cuando dejan de usarlo experimentan síntomas psicológicos.

El tratamiento para ayudar a superar esta dependencia se enfoca en la ansiedad, insomnio, purito, prevención de infecciones e inmunosupresores.

Juli quiere servir de ejemplo para ayudar a otras personas que tienen este problema. Cuando dejó definitivamente de usar esas cremas sintió que su cuerpo pasó por el infierno, pero finalmente se siente mucho mejor.

«Quiero decirle a los demás que entiendo que salir de la dependencia de las cremas con esteroides es realmente aterrador, pero existe ayuda disponible y espera por nosotros”

Su mensaje para el mundo es que deben amarse, escuchar al cuerpo y a hacer lo que es correcto para su bienestar y para la piel.

Juli comentó que actualmente cuanto más tiempo está sin usar esas cremas se siente mejor. Definitivamente está viendo y disfrutando su progreso. Después de muchos años logró caminar casi 6,5 kilómetros.

En el 2016 Juli encontró apoyo en The International Topical Steroid Addiction Network, un grupo en línea que la ayudó a salir del estado en el que se encontraba después de sufrir fuertes y agonizantes brotes durante años sin que los médicos diagnosticaran las causas de los síntomas.

Leyendo los mensajes ella se convenció que estaba sufriendo esa enfermedad. Su llanto no se hizo esperar, no podía creer que eso le estuviera sucediendo a ella.

«Yo estaba aterrorizada ante lo que me esperaba, pero sabía que tenía que salir de las cremas para detener eso de una vez por todas”

Ella dejó de usar las cremas con esteroides en septiembre del 2016 tras bajar las dosis paulatinamente.

A pesar de sus progresos ella debe usar la ropa con las costuras hacia afuera para evitar irritación. Diariamente dedica un par de horas para colocar los vendajes sobre su piel. Su piel aún mantiene el color rojo, aunque es menos intenso. También ha dejado de supurar un poco.

Su madre, le aplicó una crema con esteroides cuando fue diagnosticada con eccema a los 3 meses de edad. Era una madre muy joven y no cuestionó lo que los médicos le indicaron como tratamiento, sólo lo cumplió para calmar la picazón en la piel, nunca pensó que eso tendría tantos efectos secundarios.

A lo largo de su niñez Juli padeció varias enfermedades e infecciones. A los 9 años sufrió una reacción alérgica a la penicilina que le hizo acumular líquido en sus pulmones y le prescribieron inyecciones de cortisona como parte del tratamiento que duro 6 meses.

Los médicos querían que ella recuperara sus fuerzas, pero fue su piel la que pagó las consecuencias. Su padecimiento de eccema se descontroló completamente, desarrolló un acné mu severo. Las lesiones eran muy profundas, se explotaban y sangraban.

Sus piernas estaban gravemente afectadas, sufrió de mucho dolor. Hubo instantes en los que no podía colocar su pie hacia abajo, odiaba mostrar sus piernas. Su autoestima estaba por el piso, la escuela se volvió para ella un verdadero tormento.

Cuando cumplió sus veinte años diariamente ella usaba una crema de esteroides de baja dosis. Su piel fue mejorando y su autoestima también. Cuando no se colocaba la crema el estado de su piel retrocedía y le comenzaba arder. Vivía con temor a quedarse sin crema.

Ella sentía que su ropa estaba hecha de ortigas y llenas de avispa. Fue la única manera que encontró para describir su dolorosa y terrible sensación.

Cuando llegó a su tercera década esta mujer sufrió un verdadero horror, los médicos le indicaron que probara una crema usada con frecuencia para el tratamiento de la sarna y la reacción fue espantosa.

Su piel suturaba líquido, se desprendía y sangraba hasta tal punto que era demasiado doloroso usar ropa.

Durante años esa mujer ha estado a la deriva, los médicos no tenían un diagnóstico preciso y su preocupación por vivir amarrada a las cremas con esteroides para el resto de su vida cada vez era mayor.

A pesar de las adversidades ella fue muy valiente, y logró salir adelante

Daily Mail

Afortunadamente este grupo en línea ha logrado ayudarla y poco a poco ella se está recuperando satisfactoriamente.

La historia de Juli, puede ser la de muchas personas que, al igual que ella se encuentran atrapadas en la adicción del uso de las cremas con esteroides sufriendo graves y dolorosas consecuencias sin saber la verdadera causa. ¡Compártela!

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