Tras la pérdida de su hijo con discapacidad comprueban que tenía una vida paralela en Internet

Mats Steen dejó devastado el corazón de sus padres Robert y Trude, cuando tuvieron que darle el último adiós en el 2014 a los 25 años. El adolescente estaba en silla de ruedas, tenía discapacidad y era muy tímido y solitario.

Cuando Mats cumplió cuatro años en 1993 se vio obligado a continuar creciendo postrado en una silla de ruedas, él solía caerse con frecuencia, apoyaba las manos sobre sus rodillas y corría con dificultad.

Los médicos lo diagnosticaron con distrofia muscular de Duchenne, una afección que produce degeneración muscular, sobre todo en las personas de género masculino. Los genes de Mats tenían un error que impedía el desarrollo normal de sus músculos, y aceleraba su deterioro.

El pronóstico era devastador, los pacientes de esa enfermedad no vivían más de 20 años, Mats alcanzó a cumplir 25, pero sus padres sufrían porque no podría practicar deporte, ni salir a divertirse, ni conocer a chicas, no podría experimentar el mundo ni aportar algo valioso en la sociedad. Eso era lo que erradamente creían.

Nunca pensaron que en Internet su vida cambiaba por completo, tenía un mundo secreto que su familia desconocía, quizás subestimaron su inteligencia y capacidad, porque a pesar de su condición sí podía hacer aportes valiosos a la sociedad y disfrutar en la medida de sus posibilidades.

Cuando falleció muchas personas alrededor de Europa encendieron velas para honrar su memoria.

Su padre, de 56 años, de Noruega, ofreció una entrevista en un medio de comunicación local para hablar de Mats, relató que le preocupaba ver cómo permanecía despierto hasta la madrugada usando el ordenador.

“Mirando atrás, creo que deberíamos habernos interesado más por el mundo de los vídeo juegos, en el que él pasaba mucho tiempo. Por no hacerlo, perdimos una oportunidad que no supimos que teníamos”.

En el funeral de Mat había un grupo de personas que la familia no conocía, se extrañaron mucho porque él no solía salir casi nunca del apartamento donde vivía. Pasó los últimos años de su vida en el sótano de la vivienda, así que era realmente raro que personas desconocidas se hayan acercado para despedirse de él.

Ni siquiera Mats los conocía personalmente, pero ellos lo veían como un noble, filántropo e investigador y lloraban su irreparable pérdida.

Desde que Mats cumplió 11 años se refugió en los videojuegos, dedicó aproximadamente entre 15 mil y 20 mil horas de su tiempo en sus últimos diez años de vida.

Su padre relató que cuando la enfermera nocturna que lo atendía llegaba a las 10 de la noche él debería estar acostado. “Su trabajo era vigilarlo mientras estaba en la cama, no acostarlo, Mats protestaba, pero a veces aceptaba irse a dormir”, dijo Robert.

Cuando Mats falleció su padre pensó en darles la noticia a los jugadores con quienes él compartía en línea, y recordó que su hijo le había dado la contraseña de su blog para que pudiera revisar el alcance de cada publicación.

Así que Robert hizo una publicación para informar a los lectores sobre su fallecimiento, escribió una dirección de correo electrónico para que pudieran contactarlo.

“Lo escribí y lloré. Después le di a publicar, y entonces llegó el primer email, una condolencia de un jugador de Starlight”.

Después comenzó a recibir una avalancha de mensajes, “Era una sociedad completa, una pequeña nación de gente que tomaba forma”, dijo el padre de Mats.

Kai Simon, una de las amigas virtuales de Mats escribió: “Conocía a Mats en un mundo en el que no importa quién seas, el tipo de cuerpo que tengas o cómo sea tu apariencia detrás del teclado”

“Ahí, lo que importa es quién eliges ser y cómo te portas con los demás”, concluyó.

En el blog, Mats había escrito un emotivo mensaje refiriéndose al ordenador en el que se sentó más de la mitad de su vida.

“No es una pantalla, es una ventana hacia donde tu corazón desee ir”.

Muchos se han sentido identificados con tan conmovedor testimonio, es importante dedicar tiempo de calidad a nuestros seres queridos, ningún dispositivo debería reemplazar los abrazos, las sonrisas, los mensajes de apoyo ni el amor de aquellos con los que convivimos. Nadie debería sentir la necesidad de refugiarse en una pantalla por carecer de apoyo y compañía a su alrededor.

Detrás de la historia de Mats hay una gran lección que su padre ha querido compartir al mundo, no te vayas sin hacerlo.

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