La transformación de la bebé rescatada cuando estaba abandonada entre la basura

El caso de Nika es la viva muestra de que así como existe la maldad en el mundo, también está siempre presente una fuerza que quizá sea aún más poderosa: la del amor.

Esta bebé originaria de Haití fue rescatada de las condiciones más precarias y desgarradoras por quien luego se convertiría en su ángel guardián y ahora, casi tres años después, conmueve al mundo con su hermosa sonrisa y su impresionante recuperación.

Sarah Conque, una especialista en terapia recreativa, se había mudado a Haití para dedicarse por completo a niños discapacitados en condiciones precarias cuando una mujer entró en el hospital, donde trabajaba como voluntaria, con una bebé de tres meses notablemente enferma en brazos, afirmando que su madre la había abandonado. Puedes recordar la historia de Sarah y Nika aquí.

Poco tiempo después descubrieron que esta misteriosa mujer era, de hecho, la verdadera madre de la pequeña Nika y que se sentía profundamente avergonzada de la condición de su hija.

La madre de Nika no aceptaba que su hija fuese diferente. El aspecto tan peculiar de la bebé se debe a que padece de hidrocefalia, es decir, acumulación excesiva de líquido en el cerebro y de hidranencefalia, una extraña condición en la que los hemisferios cerebrales se encuentran ausentes y, en su lugar, no hay nada más que líquido.

Así, a pesar de haber recibido una y otra vez grandes oportunidades para mejorar la calidad de vida de Nika, la negligencia con la que trató su joven madre, de quien luego se supo que se dedicaba a la prostitución y que intentó interrumpir su embarazo con unas pociones mágicas, casi le costó la vida a la pequeña.

Presintiendo que algo muy malo estaba ocurriendo, puesto que la madre de Nika no se presentaba a las citas médicas ni a la terapia que la bebé necesitaba para seguir con vida, Sarah se presentó en su casa y esto fue lo que encontró:

Nika estaba sola, tendida sobre un saco de arroz, entre la basura y rodeada por varios perros. Ante esta lamentable situación, Sarah concentró todos sus esfuerzos en salvarle la vida a la pobre Nika y decidió que ya era hora de sacarla de ese lugar que nunca fue un verdadero hogar para ella. Por su parte, la madre de la bebé estuvo más que complacida de entregarla y desentenderse del «problema».

Los médicos le dijeron a Sarah que el 99% de los bebés con la condición de Nika mueren antes de cumplir un año porque es «incompatible con la vida».

Desde entonces, ha sido Sarah quien se encarga legalmente de Nika, pero mucho más que eso: se ha convertido en una madre para la pequeña y su amor y cuidados en esta ardua lucha no tienen límites.

Hoy Nika vive feliz junto a Sarah y su pareja en Luisiana, Estados Unidos. Y, aunque el día a día es un constante desafío, la nueva familia de esta pequeña está convencida de que es una grandísima y hermosa bendición tenerla en casa y no conciben la vida sin ella.

En una publicación reciente de Facebook, Sarah habló sobre una conversación que tuvo con el neurólogo de de Nika. Por primera vez, esta valiente mamá adoptiva se atrevió a hacer las preguntas cuyas respuestas había estado evitando durante todo este tiempo:

Sarah: «¿Qué porcentaje tiene de los hemisferios cerebrales?

Doctor: 0,5%, le falta el 95,5%

Sarah: ¿Cómo es posible que ella pueda sonreír, reírse y reconocer voces como lo hace?

Doctor: No es posible. Ella no tiene las partes del cerebro que se necesitan para hacer eso.

Sarah: ¿Es posible que pueda morir sin estar enferma?

Doctor: Sí, podría morir repentinamente. Su corazón podría parar o ella podría dejar de respirar, incluso morir de una convulsión… en cualquier momento».

«Es muy difícil poner en palabras cómo se siente saber que para ella cada momento podría ser el último. La mayoría del tiempo pienso en positivo, creo firmemente y con todo mi corazón en su futuro y en su potencial… ¡Y voy a pelear por eso! De hecho, peleo por que todos ustedes puedan verlo también», exclama Sarah.

Sarah confiesa que este último encuentro con el doctor la dejó llorando por días. Le rompe el corazón la sola idea de perder a Nika, a quien ama con todo su ser. Sin embargo, esta admirable joven encuentra sosiego en su fe para seguir adelante y brindarle así a su pequeña toda la entereza y protección que necesita.

«Me caí y dejé que el miedo cambiara mi actitud, pero rápidamente me di cuenta de que no es posible sobrevivir si se tiene miedo».

Esta antiguamente enferma y desnutrida bebé llegó a la vida de Sarah para enseñarle que todo ser humano esconde dentro de sí un gran valor, sin importar cómo luzca o lo que los demás piensen. Por lo tanto, llevarle este mensaje al mundo se ha convertido en su misión más importante, después de cuidar a la pequeña Nika.

Cuando Sarah rescató a Nika, esta no tenía siquiera fuerzas para tragar la leche con la que intentaban alimentarla. Sin embargo, en la actualidad las mejorías de la pequeña han sido sorprendentes.

Nika reconoce la voz de las personas que la rodean, siente cuando su mamá adoptiva deja la habitación (algo que no la hace feliz en lo absoluto), sabe perfectamente cuando un médico o terapeuta no es positivo y también cuando las personas que la sostienen creen verdaderamente en ella.

Gracias a la terapia y a la continua estimulación que recibe en su hogar, Nika ha logrado grandes avances en aspectos como el control de la cabeza, control del tronco, movimiento intencional, la causa y el efecto, la visión, el enfoque, la socialización, el desarrollo del movimiento motor fino, entre muchos otros.

Con cada respiro, con cada parpadeo, con cada sonrisa, Nika desafía a todos aquellos que aseguraron que no valía la pena luchar por ella.

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No cabe ninguna duda: aquí el amor es inmensurable.

Sarah está completamente convencida de que Nika vino al mundo con un propósito muy especial: hacer un llamado de conciencia sobre el hecho de que a una gran cantidad de niños con discapacidad se les están siendo negado sus derechos humanos más básicos y no solo en Haití, sino en muchos otros países en vías de desarrollo. Tanto, que son abandonados, como lo fue la misma Nika, solo porque nacieron con el infortunio de padecer alguna enfermedad.

Si deseas saber un poco más sobre la historia de Nika o realizar una donación en su nombre, puedes hacer clic aquí.

¡Qué dicha saber que Nika cayó en las manos de un ángel y que, finalmente, está estable y feliz en un hogar donde el amor nunca está ausente! Comparte su historia con todos tus amigos, es maravillosa.

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