«Te pido comprensión y respeto»- Un barrendero difunde una carta invitando a todos a reflexionar

Julio Cao de la Fuente se desempeña como barrendero, es empleado de la compañía EMULSA Medioambiente del Ayuntamiento de Gijón. Ante los prejuicios de la sociedad por su oficio decidió compartir en sus redes sociales un artículo que no tardó en hacerse viral.

El artículo fue escrito por Cristina González Moya para Aranjuez Magazine, y Julio se sintió identificado con el texto.

“Me presento. Soy un barrendero, no un ‘barremierdas’. No hace falta que me admires, solo que me respetes y me valores. Cuando pases por mi lado, puedes darme los buenos días, las buenas tardes o noches”, así comienza el mensaje que insta a los ciudadanos a ofrecerle a quienes se dedican a esta labor su educación y comprensión.

“Ante todo soy un ser humano y en la vida valen más la honestidad, humildad y bondad de una persona, que todos sus títulos y dinero juntos”, continúa el texto, resaltando que todos somos iguales y cada profesión tiene su valor.

“Si me ves venir de noche no me insultes diciéndome que soy un alienígena, no he bajado de ninguna nave espacial, si llevo uniforme brillante y uso conos reflectivos, es para que me veas a distancia, por seguridad”, continúa.

En el artículo describe cómo en varias oportunidades alguna persona le ha amenazado entre risas con arrollarlo bajo los efectos del alcohol.

“Cuando haya recogido la basura de tu barrio, no salgas de tu casa y tires los desperdicios en la acera para después llamarme a gritos. –“’Ahí tienes, barrendero, para que no te falte trabajo’”.

Insta a los conductores a no lanzarle botellas ni objetos desde el auto diciéndole desde la ventanilla: ‘Recógelo que para eso te pagan’, porque menudo ejemplo le estás dando a tus hijos”, agregó.

Asegura estar cansado y triste, lamentó que le pagan para dejar las aceras y las calles impecables para que al amanecer la gente pueda salir de su casa y presumir porque su barrio es el más limpio.

Acota que el estado y las personas pueden invertir todo el dinero en servicios eficientes de limpieza, pero si el ciudadano no tiene el civismo necesario para mantener las medidas de higiene adecuadas en su casa y en las calles, no servirá de nada.

“Y no me refiero solamente a aquellos que remueven los contenedores buscando entre la basura, sino a niños, adultos o ancianos que tiran cáscaras de pipas, hojas de periódico, colillas o un envase al suelo incluso en mi presencia y cuando acabo de barrer”, agregó.

Continúa explicando que le da mucha tristeza haber terminado de limpiar una calle entera y mirar atrás para comprobar que hay basura de nuevo. Que no valoraron su trabajo y que hay un colchón en la acera, una bolsa de basura en el interior de una papelera que alguien colocó para no caminar hasta el contenedor, que no recogen las necesidades de los perros, entre otras cosas.

Concluye diciendo: “No te quejes después de que hay plagas de cucarachas o ratas muertas, de que tu barrio huele mal. La culpa no es mía. La ciudad es de todos y entre todos la tenemos que cuidar. Muchas gracias por tu interés y un saludo, firma, ‘el barrendero’”.

El artículo fue compartido por más de dos mil personas que también reconocieron la importancia de crear conciencia y ofrecerle respeto, tolerancia y empatía a cualquier persona sin importar su oficio.

Necesitamos un mundo más justo, más igualitario. No te vayas sin compartir este mensaje con todos tus seres queridos.

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