Durante el embarazo, lo más importante para los padres es velar por la salud de su hijo. Sean y Kelly Phizacklea se encontraban ansiosos por tener una hija pero comenzaron a temer lo peor cuando los médicos les dijeron que algo no andaba nada bien. Kelly acudió al hospital para hacerse las revisiones rutinarias, pensó que todo saldría bien pero las imágenes revelaban algo grave.
Kelly se enteró de los problemas de su bebé en la semana 12 del embarazo.
La pequeña bebé sufría de exófalos. Se trata de una condición en la que la pared abdominal no se desarrolla por completo. La mayoría de las veces se trata de un problema que los médicos solucionan con una cirugía horas después del nacimiento.
La familia vive en la ciudad de Cambridge en Inglaterra.
Por desgracia, el caso de la hija de Kelly era mucho más grave. La porción de su pared abdominal que no se había formado era tan grande que no podrían operarla hasta que cumpliese los tres años de edad. De hecho, pensaron que tenía muy pocas probabilidades de sobrevivir al parto.
“Nos advirtieron que no lloraría. Que quizás nunca lo lograría. No sé cómo hicimos para mantenernos positivos y seguir con esperanzas de que todo saldría bien”, recuerda Kelly.
A lo largo de muchas semanas, los médicos les recomendaron a los padres terminar el embarazo, pero ellos se negaron. Ya estaban perdidamente enamorados de su bebé y estaban dispuestos a hacer lo que fuese necesario para ayudarla.
Finalmente la pequeña Laurel nació. Sean y Kelly se encontraban muy nerviosos pero cuando escucharon su llanto, volvieron a respirar aliviados.
“Cuando la escuché llorar supe que era una luchadora. Sabía que todavía quedaba un gran camino por delante, pero sabía que mi bebé era muy fuerte”, dijo Kelly.
Después de 7 horas, los padres finalmente conocieron a la hermosa Laurie. Permanecieron en el hospital durante los siguientes meses y antes de cumplir el cuarto mes los médicos le dieron el alta médica para ir a casa.
Laurie nació con su estómago, hígado e intestinos en la parte exterior de su cuerpo.
Ahora, ha pasado el tiempo y la dulce Laurie logró cumplir dos años de edad. Es una pequeña llena de energía pero necesita cuidados extra para no herir su exófalo. Ella lo llama “mi barriguita” y de resto es como cualquier otro bebé.
“Utiliza vendas constantemente para asegurarnos que todo se mantenga en orden. Es muy traviesa así que es un poco estresante asegurarnos de que no le pase nada. Adora saltar por toda la casa”, dijo Kelly.
Es un verdadero alivio saber que esta valiente bebé ha logrado sobrevivir a pesar de los peores pronósticos de los médicos. Cada día que pasa se encuentra mucho más cerca de recibir la cirugía que tanto necesita y podrá seguir creciendo como una niña feliz.
No hay dudas de que la sonrisa de Laurie es una inspiración para su familia y para el mundo entero. ¡Comparte!