Su hija recién nacida muere y ella se culpa por decidir tener un parto en casa

Para la mayoría de las mujeres darle la bienvenida al mundo a su bebé es uno de los momentos más especiales que puedan vivir; pero lamentablemente, a veces el resultado no es el esperado causando decepción y mucha tristeza para los presentes.

Aimee Green y Ryan Conroy, una pareja de Cornualles, Reino Unido, estaban en la dulce espera de una pequeña niña. Los jóvenes se prepararon y querían que su hija tuviera los mejores primeros minutos de vida fuera del vientre de su madre.

Los padres primerizos quisieron recibir a su pequeña en su propio hogar; el parto en casa se ha vuelto tendencia nuevamente ya que en Reino Unido cuentan con servicios de comadronas disponibles para aquellas madres que decidan tener un parto asistido en el hogar evitando que su bebé llegue en un espacio tan tenso como lo son los hospitales.

Esta técnica es recomendada por el Colegio de Matronas y el de Obstetricia y Ginecología siempre y cuando la madre y el bebé no esperen complicaciones.

Green y Conroy ya estaban dispuestos a darle la bienvenida a Luna Valentina, su hija, pero desafortunadamente justo después del alumbramiento, la pequeña bebé empezó a presentar complicaciones cuando se rompió el cordón umbilical.

Inmediatamente la bebé fue trasladada al hospital más cercano. Los padres de Luna Valentina esperaban ansiosos poder verla, pero al poco tiempo de que le entregaron a la niña en el hospital, murió.

Para los dos jóvenes que se estrenarían como padres fue una noticia muy dura de asimilar, especialmente para Aimee, la madre.

Desde que Aimee entró en su etapa de duelo no deja de sentirse culpable por la situación; de hecho, le pide disculpas constantemente a su pequeña por su decisión.

Me sentí como si hubiera sido golpeada por un tren, mi estómago había sido pateado, retorcido y pisoteado. Solo sollocé”, dice la madre sobre cómo reaccionó al enterarse de la perdida.

La madre ha decidió compartir su voz de dolor a través de un blog, desde allí ha logrado expresar el sufrimiento y el sentimiento de culpa que tiene.

“Seguí pidiéndole perdón a todos porque no sabía qué hacer para que se sintieran mejor”, escribe Aimee.

“Fue mi culpa, ¿por qué tuve un parto en casa? ¿Por qué no los escuché a todos y tuve un parto en el hospital? ¿Por qué fue un bebé feliz por 11 horas de trabajo de parto, pero no en los últimos minutos?”, se pregunta a sí misma.

Además, la dolida madre comenta que no solo es ella la que ha llorado por su pequeña, dice que Ryan es ‘un hombre roto’. Asegura que la primera vez que vieron a la pequeña fue una sensación de alegría, como amor a primera vista.

Me sentí triste, triste hasta los huesos, tan triste que no sabía cómo alguna vez lo haría feliz de nuevo. Se veían increíbles juntos. Ryan sonriéndole con ojos tristes, nunca olvidaré ese recuerdo”, comenta nostálgica.

Pero esta amarga experiencia ha inspirado a Aimee y ha desvanecido su tristeza pensando en ayudar a personas en una situación similar. La pareja creo el Luna’s Fund; fondo con el objetivo de brindar atención financiera, emocional y práctica a aquellos padres que sufran este tipo de tragedias.

La pareja estará recaudando fondos en una página de JustGiving, para que su fundación cuente con dos establecimientos, uno ubicado en Reino Unido y otro en el extranjero.

Daily Mail / The Sun

Es increíble cómo las historias más desgarradoras, con el tiempo, hacen a las personas más fuertes y con ganas de ayudar a los demás.

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