Para toda novia la celebración de su boda es el día más importante de su vida. Los preparativos para la celebración empiezan con meses de anticipación.
Generalmente los novios contratan a una agencia especializada en tan exigente labor para que no se escape ningún detalle que pueda arruinar la boda de ensueño.
Tal como lo hicieron Shine Tamayo, la novia de 26 años y su compañero Jhon Chen de 40 años, quienes pagaron a su planificadora de bodas casi 3.000 dólares.
Se supone que esta organizadora se encargaría de suministrar la comida a los invitados y de la decoración de la recepción de la boda de esta pareja en la ciudad de Pasig, Filipinas.
Pero nada sucedió como se esperaba y esta novia filipina no paraba de llorar desconsoladamente el día de su boda tras descubrir que el fondo de su pastel de dos niveles estaba cubierto de poliestireno.
Al llegar a la recepción después de la ceremonia de la iglesia se encontraron con la desagradable sorpresa de que no solo no había comida para sus invitados, sino que su pastel de bodas era una farsa.
Los recién casados resolvieron la situación de la comida con la ayuda de un restaurante al otro lado de la carretera donde compraron bandejas de fideos, arroz y otros alimentos que llevaron al hotel donde se llevaría a cabo la celebración.
Realmente la novia estaba devastada por servir a sus invitados calabacín en tazas y comida improvisada con grasa y nada apropiada para la ocasión.
Por si fuera poco, cuando la pareja que iniciaba su vida como marido y mujer cortó el pastel, descubrieron que era una estafa. Realmente no era comestible.
El pastel de dos niveles estaba hecho de poliestireno. El llanto de la novia humillada no se hizo esperar. Simplemente cubrió su rostro y empezó a llorar desconsoladamente frente a su familiares y amigos.
Shine estaba tan devastada que los invitados la llevaron a la estación de policía local para denunciar a Krissa Cananea, la organizadora contratada por ella.